Resumen y sinopsis de El hijo del acordeonista de Bernardo Atxaga
«La diferencia entre las incisiones antiguas y las nuevas se borrará con el tiempo y sólo quedará, sobre la corteza, una única inscripción, un libro con un mensaje principal: Aquí estuvieron dos amigos, dos hermanos.»Desde los años treinta hasta finales del siglo XX, desde Obaba hasta California, de la infancia en la escuela a los infiernos de la guerra y de la violencia, Atxaga aborda de forma valiente el tema de la memoria, la nostalgia, la amistad y también de la tristeza del que deja su tierra sabiendo que no volverá.
Y en el centro de las múltiples ramificaciones de esta historia, la única posibilidad de salvación frente a las circunstancias más dramáticas: el amor.
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Un verdadero ladrillo. Quien haya leído libros anteriores de Atxaga, no encontrará nada nuevo, sino más bien una especie de resumen de todo lo escrito hasta entonces por este autor. Y por eso mismo, porque repite los temas, la manera de escribir, los recursos... se aburrirá, porque además de no aportar nada nuevo y ser una repetición de partes de libros anteriores, es lento y largo. Y quien no haya leído antes novelas de este autor, por la lentitud y lo extenso del libro, también puede acabar cansado. Le recomiendo cualquier otro libro de Bernardo como "Un hombre solo" o "Dos hermanos".
Me costó un mundo terminar este libro que yo encajaría en el género "literatura ladrillo". Demasiado bucolismo, demasiada reiteración, demasiada melancolía...
Cuesta un poco al principio, pero es un libro apasionante de la vida en el País Vasco.
Merecida nota para una muy buena novela que leí en euskera. No sé cómo será la traducción al castellano, pero si es igual de buena que la original, es una de las contadas novelas en euskera de sobresaliente.
Al principio me costó hacerme con la historia y con los personajes. A ratos tierna, a ratos divertida, a ratos hasta dura... la historia de unos personajes situados en un pueblo vasco y con ciertos ramalazos políticos, sociales y culturales.
Me sorprendió bastante el ambiente intimista de algunos fragmentos y su prosa a veces realmente delicada y realmente absorbente. En otras pesada y hasta espesa, pero en definitiva merece la pena leer esta historia.
Me ha parecido un relato interesante. La vida de un pequeño pueblo vasco, Obaba, se cuenta desde una perspectiva personal y muy humana. Me gusta que el tono, la visión, huya del apasionamiento, del extremismo, de la simplicidad del folletín. En realidad es la visión íntima y distante de David, ya mayor y enfermo, que en el rancho de Stoneham ha encontrado la paz junto a su mujer y sus dos hijas.
Nos cuenta los recuerdos de su juventud en Obaba de forma que los hechos más escabrosos se dejan para el final, cuando ya conocemos unas circunstancias, un ambiente, que sin ser opresivo ni extremo, justifica en parte el derrotero que emprenderán David y sus amigos.
La descripción del ambiente rural vasco a principios de los setenta, con el grupo de leñadores, por una parte, y los jóvenes acomodados por otra, me ha parecido muy ilustrativa.
Me gustó la historia, los personajes, el ritmo, perfecta como lectura de verano.
Uno de mis libros preferidos. Me parece un novelón, me encanta cómo está escrito. La historia es creíble y cercana. Puedo oír las campanas del pueblo, oler el humo de las chimeneas, de la leña cortada, de la pólvora y de la bota de vino.
Es un libro con una prosa que te atrapa desde las primeras páginas contando la vida de dos amigos a lo largo de los años. Vale la pena empezarlo y entonces ya no lo dejarás.
Narración en primera persona de la vida en un pueblo vasco que abarca varias generaciones, desde la guerra civil hasta la actualidad. Historia eminentemente localista que busca describir la sencillez de lo primigenio, del hombre, la tierra, los sentimientos más simples -puros e impuros-, etc.