Resumen y sinopsis de Más juego, más movimiento, más infancia de Francesco Tonucci
La primera pregunta que me hago y que os hago es para quién es una ciudad. Cuando una ciudad está en guerra todo funciona para la guerra. Las empresas cambian, mutan su destinatario, su manera de producir y producen para la guerra. La gente está movilizada debido a la guerra, especialmente los hombres. Las carreteras, las calles, están al servicio de la guerra, por lo cual si se necesitan, quedan restringidas para que las tropas puedan pasar.Cuando yo era pequeño, los primeros años los viví en guerra. A cierta hora teníamos que cerrar las ventanas y apagar las luces para que los aviones no nos pudieran bombardear.Al terminar la guerra, la ciudad tiene que reconvertirse y elegir una función. Tras la II Guerra Mundial, nuestras ciudades estaban destruidas; las ciudades en guerra tuvieron no solo que reconvertirse en otro tipo de ciudades, sino que también se tuvieron que reconstruir en base al tipo de ciudad elegido. La elección, por lo menos en Italia, fue muy clara: la ciudad eligió el trabajo. Incluso se incluyó en la Constitución italiana, cuyo primer artículo dice: «Italia es una república democrática fundada en el trabajo».Es una elección importante y que a mí personalmente me preocupa mucho, aunque sea entendida como un orgullo por los demás ciudadanos. Me preocupa porque pienso que los que aún no trabajan o no pueden trabajar, de alguna manera son menos ciudadanos que los demás. Es decir, la ciudad no eligió ser la ciudad de todos, sino ser especialmente la ciudad de los trabajadores. Y creo que la ciudad debería elegir algo que involucrara a todos los ciudadanos. De hecho, para llegar a ser adecuada, la ciudad debería responder al menos a las necesidades de los más pequeños, con lo cual llegamos a una paradoja: la ciudad debería ser, fundamentalmente, una ciudad para jugar. Cuando la ciudad esté adaptada para que los niños puedan jugar, entonces será una ciudad justa, práctica y adecuada para todos.