Resumen y sinopsis de La uruguaya de Pedro Mairal
Lucas Pereyra, un escritor recién entrado en la cuarentena, viaja de Buenos Aires a Montevideo para recoger un dinero que le han mandado desde el extranjero y que no puede recibir en su país debido a las restricciones cambiarias. Casado y con un hijo, no atraviesa su mejor momento, pero la perspectiva de pasar un día en otro país en compañía de una joven amiga es suficiente para animarle un poco. Una vez en Uruguay, las cosas no terminan de salir tal como las había planeado, así que a Lucas no le quedará más remedio que afrontar la realidad.
Narrada con una brillante voz en primera persona, La uruguaya es una divertida novela sobre una crisis conyugal que nos habla también de cómo, en algún punto de nuestras vidas, debemos enfrentarnos a las promesas que nos hacemos y que no cumplimos, a las diferencias entre aquello que somos y aquello que nos gustaría ser. Publicada con gran éxito en Argentina en 2016, La uruguaya ha confirmado a Mairal como uno de los más destacados narradores de la literatura argentina contemporánea.
Premio Tigre Juan 2017
Breve pero interesante propuesta del autor, con momentos hilarantes, pero en un contexto sociopolítico que nos hace meditar. Recomendable.
Una joya. De lectura fácil, de trama entretenida, con momentos hilarantes… puede parecer una novela liviana, un pasatiempo. Pero lleva incorporadas potentes cargas de profundidad, y está muy bien escrita y estructurada, desde esa primera persona, en plan confesión. Por lo tanto, no es un librito evasivo, sino buena literatura.
Una historia más o menos normal, de nuestra sociedad. En realidad nada destacable, un desarrollo predecible, una lectura prescindible.
Una demostración de que las buenas novelas pueden surgir de anécdotas o tramas engañosamente intrascendentes, de materiales que no son nuevos; en este caso, se trata de la aventura sexual de un escritor argentino en crisis y de cómo las cosas no le saldrán como esperaba.
Sospechamos más o menos el desenlace, pero el autor nos consigue atrapar, alternando hábilmente el presente (concentrado a lo largo de un día) con una serie de vistazos al pasado que iluminan el contexto de nuestro antihéroe, quien comparte con el lector preocupaciones, ilusiones, pensamientos que a veces derivan en alguna ida de olla, en ocurrencias de un humor disparatado y amargo. Representa a una clase media-alta, acomodada y con aspiraciones, pero con problemas económicos (debido entre otras cosas, a la política fiscal del país), que juega a ser progresista y rebelde, como el mundillo de los talleres y eventos literarios donde lo que menos importa acaba por ser la literatura. Se habla de la crisis de la mediana edad, de la incapacidad de conciliar el deseo, el impulso, con una rutina vista cada vez más como un error o una penitencia; el distanciamiento de las parejas, la infidelidad y su doble juego, engañar y engañarse… sin olvidar el peso de la reciente paternidad, el dinero como remedio y ayuda para sostener lo insostenible, los complejos del machito que perviven aún (no soportar que una mujer te mantenga, ver afrentada tu virilidad)…
Lo cómico se asocia, una vez más, al patetismo, pues empatizamos con un tipo normal y corriente a quien no le sale nada bien; nos reímos y a la vez comprendemos su desdicha. Los lugares tienen una importancia especial, pues se idealiza la romántica ciudad de Montevideo frente a lo urbano y opresivo de Buenos Aires, como se idealiza también a la mujer deseada, un misterio, en el fondo (muy bien insertado cierto factor de incerteza en la trama), una posibilidad de fuga; la mentira de lo ideal para encubrir otra mentira, la de lo real. Aún así, el tono del relato nunca es de reproche, o de ajustar cuentas, sino incluso de reconciliación, de un afecto sincero por los tuyos pese a todo, cuando caen todas las ficciones y no hay nada que ocultar en una confidencia que tiene mucho de meta-novela, y a buen seguro, mucho de autobiográfico, pues no existe mejor novela que la propia experiencia. Nos espera, como conclusión, una moraleja trillada; la de la relatividad tanto del éxito como del fracaso, de qué manera podemos perderlo todo pero salir ganando, aceptar las cosas como vienen, quitarse al fin y al cabo un buen peso de encima.
Me encantó que en un libro corto pudiera describirse tan bien un momento, 17 horas para se exactos, en la vida de alguien con tanto detalle. Pero todavía más me agradó el personaje de Lucas Pereira, tan sincero, tan contrastante, predecible pero divertido. Lo terminé de leer en una noche porque no quería soltarlo. Hacía tiempo no me divertía tanto con un libro bien escrito.
Novela muy ágil y atrapante.
Seductora, obvia y sutil.
La leí de un tirón. Es bastante corta y muy llevadera. ¡Un librazo!
Las reseñas anteriores ya dicen mucho y comparto en lo principal su visión.
Léxico chocante y a ratos complejas sus palabras y modos de hablar "castellano" (y no español- según el autor-), gracia que no alcanzo a valorar en su justa medida, y que lamentablemente se pierde al paso del océano.
Algunos llegan a calificar la prosa del libro como verborreica, pero cierto es que no deja de repartir, con frenético ritmo consideraciones, sentencias y algunas reflexiones nada despreciables y hasta simpáticas o graciosas.
Me ha gustado mucho aun siendo tan breve. Muy bien escrito, con partes muy brillantes como cuando detalla la vida en pareja y los cambios que se producen en la misma. Hay momentos muy divertidos, y el único pero que le pongo es que es un poco predecible.
Diecisiete horas dan para mucho. Muy recomendable.
Me sorprendió. Desde las primeras palabras engancha. Entretenida, llevadera. Con un lenguaje cotidiano y crudo. Muy buena historia.
17 horas de ida y vuelta en la vida de un cuarentón progre dan para una novela de postín. Mairal nos presenta a un escritor, marido y padre en estado crítico, que zarpa de Buenos Aires a Montevideo con el pretexto de cobrar un trabajo y la idea de acostarse con una joven uruguaya con la que mantiene una relación más que menos electrónica. Nos suena esa música. Parte todo ilusión y regresa hecho unos zorros, tuvo días mejores. Nos sigue soñando. Una novela redonda, con guiños a padres primerizos, a los matrimonios gastados, al miedo a envejecer. Una novela donde se puede citar a Luis Suárez o Messi de forma natural, sin tirar de calzador, ya de por sí puede merecer tres horas. Una obra que une las dos grandes capitales bañadas por el Río de La Plata, con victoria a los puntos de la hermana chica, la modernista, brasileña y habanera Montevideo, que reclama en la voz del narrador su cuota de carácter propio y mestizo. Una novela, en definitiva, como para no compartirla.