Resumen y sinopsis de La Cadena de Adrian McKinty
Como una mañana cualquiera, Rachel deja a su hija en la parada del autobús. Pero una llamada de un número desconocido lo cambia todo: una mujer le informa que tiene a Kylie secuestrada y que, si quiere verla de nuevo, deberá seguir sus instrucciones al pie de la letra: primero, pagar un rescate; segundo, secuestrar a otro niño. Quien llama es también una madre cuyo hijo ha sido secuestrado, y si Rachel no cumple con las reglas, el niño morirá, y su hija también.
Rachel ya forma parte de La Cadena, un mecanismo que convierte a padres de familia en víctimas y a su vez en criminales, y que está haciendo a alguien muy rico en el proceso. Ella es una mujer corriente, pero en pocas horas los acontecimientos la llevarán hasta límites impensables y la obligarán a hacer algo terrible.
Los creadores de La Cadena saben que unos padres harán todo lo que está en sus manos por sus hijos. Pero no contaban con cruzarse en el camino de una mujer decidida, valiente y superviviente como Rachel. Porque, si alguien puede romperla, ésa es ella.
Cuando comencé este libro, sentía que «La Cadena» de McKinty tenía el potencial necesario para convertirse en «El Psicoanalista» de Katzenbach. La sinopsis atrapa, tiene buena pinta. Pero hay ciertos aspectos en la trama que a mí no me convencieron, alejándolo de una obra relevante en su totalidad. Primero, la resolución a los problemas que se presentan me parecen un poco trillados o vagos en algunos momentos, haciendo que se solucionen de forma veloz sin ponerle mayor entusiasmo. Lo segundo es la suerte de los protagonistas en algunos momentos por azares del destino evidentes. Tercero, la prosa: permite que sea una lectura rápida, pero no me convenció del todo.
No digo que sea una mala novela, pese a todo la disfruté, pero de recomendar un libro del género no es uno de los primeros títulos que se me vendría a la mente.
Absorbente y adictiva, La Cadena es un thriller de los de verdad. De esos que te atrapan y no te sueltan hasta el final. Aunque no todo puede ser bueno. Y es que, aunque el libro entra en faena muy pronto, la verdad es que está lleno de conversaciones, escenas y personajes que resultan superfluos, aburridos o simplemente innecesarios, entorpeciendo una lectura, que de otra manera sería perfecta.
Adran McKinty es el autor de esta trepidante novela. Siendo una obra de un género tan saturado, McKinty resulta un escritor notable que maneja la pluma con gran maestría. Su estilo, engañosamente simple, consigue que parezca sencillo algo terriblemente complejo, crear una novela negra emocionante y que rebosa humanidad por los cuatro costados. Para ello cuenta con una prosa dinámica, bien estructurada y mejor ejecutada, un lenguaje funcional y unas descripciones un poco básicas pero suficientes para meterte en situación. Pero, sin duda alguna, los personajes son lo mejor del libro. Y es que McKinty ha sido capaz de dotarlos de una gran fuerza y expresividad que se manifiesta, incluso en los confines del horror más absoluto. Y el máximo exponente de esto es la protagonista, Rachel, una mujer fuerte, valiente, superviviente de un cáncer, que acaba viviendo la peor pesadilla que un padre puede vivir.
El argumento que nos narra La Cadena es tan original y despiadado que cuesta creer que no esté basado en hechos reales. En esencia en esta historia nos encontramos a Rachel, mujer divorciada con una hija que trata de salir adelante de la mejor manera posible. Un día, mientras se dirige al médico, recibe una llamada en la que se entera de la existencia de la Cadena, un perverso mecanismo que obliga a la gente a pagar un rescate por sus hijos secuestrados, a la vez que les obliga a secuestrar al hijo de otra familia. A partir de ese momento, Rachel debe hacer cosas que jamás creería ser capaz de hacer con tal de salvar la vida de su hija. Y hasta aquí puedo contar sin desvelar nada fundamental. Sin embargo sí es necesario hablar de la enorme profundidad psicológica que posee esta novela. Algo sorprendente si tenemos en cuenta el género al que pertenece. Y mientras la lees es inevitable reflexionar sobre los límites de la bondad y sobre lo que estamos dispuestos a hacer por salvar a los nuestros. Quizás por eso el final resulta un poco soso. Y es que el desenlace decepciona un poco por lo predecible, su rápida resolución y su “happy ending” de manual, sin duda alguna merecido, pero tan obvio que te sientes defraudado.
En definitiva, La Cadena es una novela con la que sufres, lloras y no dejas de horrorizarte sobre la perversidad humana, en ocasiones justificada, pero horrible no obstante. Una novela que no deja indiferente y que plantea un viejo dilema moral con una nueva y aterradora forma. Mientras leía no podía dejar de pensar de cuentas “cadenas” he formado o formo parte, sin siquiera ser consciente de ello.
Una novela intensa, con un ritmo frenético especialmente en la primera parte, basada en una cadena absolutamente perversa, pero irreal, poco creíble. No obstante, cumple con su objetivo y la historia es adictiva, con capítulos cortitos, genera gran tensión desde el primer momento y la mantiene. Destacable también la crítica a la exposición que supone el uso sin sentido de las redes sociales, con terribles consecuencias.
Muy fluida, con un comienzo que promete, para volverse un guión de cine, con lo cual coquetea el autor en un capítulo. Es cierto que la primera parte es dinámica y llamó mi atención, para luego decaer a un más que imaginado final. Los personajes trata de describirlos de manera detallada, pero es como muy de comida rápida. No sé si porque la protagonista es filósofa o por darle un aire más intelectual a la novela, hay citas de filósofos en bastantes capítulos, lo cual no aporta nada, la verdad. No obstante, no todo es malo: se lee rapidísimo y no se hace ni larga ni aburrida.
Tiene dos partes muy diferenciadas. La primera es bastante brutal aunque luego decae un poco para mi gusto. Es un buen libro, con una trama que engancha, se lee rápido y entretiene mucho. Lo recomiendo.
Una especie de thriller bastante insulso aunque hay momentos que si impresionan, pero porque trata con niños y eso es un recurso fácil. Por lo demás se lee bien y rápido , aspiraciones.
Entretenido...sí. Escritura ágil... sí; demasiado, diría. Más que ágil, despojada. Buena trama, personajes cercanos al estereotipo, situaciones angustiantes, suspenso. Todo eso lo tiene. Parece una novela escrita en forma rápida para que se lea en forma rápida también. Poco sedimento, muchos pantallazos. Parece un videoclip que va por el camino más directo posible, desdeñando las ramificaciones interesantes que se desprenden de la historia central. Pero es muy entretenida su lectura, vale la pena.
Bueno, para leer y entretenerse y agobiarse durante unas horas, se admite. Para leer una gran novela de suspense, no. Prescindible totalmente.