Resumen y sinopsis de El frío de la muerte de John Connolly
Sólo Charlie Parker se atreve a internarse en lo más crudo del invierno, allí donde los vivos conviven con los espectros.
El detective privado Jaycob Eklund ha desaparecido, y Charlie Parker recibe el encargo de localizar su paradero. Quien le pide eso a Parker es Edgar Ross, agente especial del FBI, que tiene sus motivos —inconfesados— para encontrar a Eklund. Pero Eklund no es un investigador común y corriente. Está obsesionado con seguir el rastro de desapariciones y homicidios poco comunes. Y ahora Parker, acompañado por los inseparables Louis y Angel, debe internarse en el mundo por el que ha transitado ya Eklund, un lugar regentado por una Madre monstruosa que dirige un vasto imperio criminal al margen de la ley. Para solucionar este caso, Parker también tendrá que llegar allí donde el frío de la muerte, desde hace más de un siglo, alcanza a los inocentes, sin que éstos nunca lleguen a saber por qué.
Me encantó, y me gusta la habilidad que tiene el autor para continuar los mismos personajes y el toque sobrenatural que lo mezcla con mucha credibilidad con lo cotidiano. Lo recomiendo como toda su serie Parker.
De lejos, uno de los más sobrenaturales. Le juega en contra la mala traducción de un título que, en inglés, invita a imaginar los derroteros de la trama, pero que aquí no tiene demasiado sentido. La mezcla de elementos se le da bien a un autor que sabe lo que hace y mantiene un ritmo envidiable a través de un pedazo de lectura que nunca cansa. Los personajes siguen siendo los mismos que conocemos y con mayor razón, debemos quedarnos hasta el final. Sin embargo, no se puede negar que la historia, mezcla de dramas familiares que se remontan a siglos atrás, problemas mafiosos, el misterio de rigor que da el puntapié inicial, el mundo de lo sobrenatural tan particular de esta saga y cómo el mismo impregna la vida del detective protagonista, dan pie a un conjunto que no resulta tan sólido como los anteriores. Carece de una seña de identidad notable que lo haga sobresalir sobre los demás más allá del énfasis marcado en lo fantasmagórico. Por sí solo tal vez no tenga tanto peso como otras entregas, pero no deja de agrandar la estela ante aquello que parece estar por venir, una suerte de gran batalla que involucraría muchísimos factores. Connolly se lo toma con mucha calma. Quizá demasiada. Y es eso lo que le juega en contra en ésta, una entrega que valoro como seguidor de esta serie, pero que es una de las menos memorables.