Resumen y sinopsis de La jaula de sal de Ibon Martín
Un salvaje crimen golpea Pasaia cuando solo han pasado dos años de la detención del Sacamantecas, el psicópata que sembró el terror en el pueblo marinero. La elección de la víctima y el lugar, el solitario faro de la Plata, no parecen fruto del azar. La inquietante firma que el asesino traza en el cadáver tampoco. Todo apunta a que ha vuelto a ocurrir. La escritora Leire Altuna se enfrenta a su caso más personal, una investigación que la llevará a través de las estrechas sendas que separan el amor del odio, la amistad de la traición.
Tendrá que luchar con el miedo y con su propia mente, empeñada en distorsionar lo que sucedió aquella tarde. Siniestras amenazas telefónicas pondrán a prueba su resistencia, sobre la que pende además una opresiva fecha límite. En paralelo, la ertzaina Ane Cestero y su equipo avanzarán con unas pesquisas oficiales que destaparán los peores instintos del ser humano.
Ibon Martín crea en estas páginas un absorbente thriller psicológico que arrastra al lector hasta el propio corazón de San Sebastián, para convertir la bahía de la Concha en escenario del horror más desgarrador.
La novela discurre entre la escritora Leire Altuna y la ertzaina Ane Cestero, tras los sucesos del Faro del Silencio, la anterior novela, vuelve a producirse un suceso que desencadena nuevamente una ola de entresijos que van hilvanando las respuestas a ese crimen.
Alternando capítulos que van narrando el progreso de la investigación en el caso de Cestero y sus inquietudes respecto a los acontecimientos que van teniendo lugar, mientras que la parte que protagoniza la escritora se centra en narrar los sentimientos que han surgido a raíz del crimen con el que arranca la novela y los personajes que se ven involucrados.
Pero ella es el eje principal
Me ha resultado un poco tedioso y poco dinámico el desarrollo de cada acción cotidiana de los personajes.
Narrar la guerra de las basuras de Pasaia, los paseos de Aitor con Antonius o las clientas comprando en la carnicería de Lezo me han resultado algo innecesarias.
También me ha escamado el relato de algunas situaciones que se suceden para beneficio de la protagonista, como en las películas, cuando hay un enemigo de la protagonista sucede un hecho que, dentro de la trama, oportunamente, lo saca de la escena otorgando la victoria a esta.
Es un error que cometemos todos los escritores creyendo que así cumplimos una especie de mantra para el lector, para su regocijo, contar lo que quiere leer.
Al igual que desplegar inmensos dispositivos policiales enfocando todos los efectivos la atención nuevamente en la protagonista.
Aún así, me ha resultado entretenida y una narrativa desbordante de la mano de mi querido paisano Ibón Martín. Consigue engancharte en cada capítulo con una ejecución literaria impecable más aún en una ciudad compartida como es Donosti cuyas localizaciones puedo visualizar gracias a la descripción minuciosa de Ibón.
Cuarta entrega de la saga iniciada con El faro del Silencio en la que la escritora Leire Altuna vuelve a verse inmersa en una investigación policial ambientada en la bahía de Pasaia, Gipuzkoa.
Recomiendo leer la saga en el orden de edición, para los menos entusiastas con las series sí que en este caso al menos antes de iniciar esta novela por lo menos debería leerse la primera de ellas.
En esta ocasión la escritora se enfrenta al caso más personal ya que es su pareja y futuro padre de su hija quien aparece asesinado en su propia casa siendo ella misma posible sospechosa del crimen ya que a punto está de presenciar in situ el momento de la muerte. Además de iniciarse la pertinente investigación policial en la que indirectamente toma parte, tiene que lidiar con la presión de su editor quien le obliga y le coacciona para que pueda trasladar todo lo vivido en este caso a su próxima novela, la que le “dará el salto definitivo”.
Se verá inmersa en una investigación en la que vuelven a compartir protagonismo personajes de sus anteriores novelas, como la Ertzaintza Ane Cestero, Irene, madre de la protagonista con sus problemas de adicción, ex parejas de Leire, como Iñigo o Xabier, el suboficial Madrazo, el ex comisario Santos o amigos como Mendikute o el equipo de remeras de San Juan, enemigas como Felisa, la pescadera o su propio editor.
La novela se desarrolla en las mismas escenas que el Faro del Silencio, repitiendo la bahía pasaitarra y el Faro de la Plata como lugares predilectos para la trama, pero también se suceden episodios en diferentes zonas del territorio guipuzcoano como la bahía donostiarra, la zona de Arditurri perteneciente a Oiartzun, u Hondarribia, saltando también al valle Navarro de la Sakana.
Las descripciones y ambientaciones tienen una alta precisión, gracias a estas novelas muchos lectores han optado por conocer in situ dichas localizaciones y a los que por ejemplo ya las conocemos nos ha facilitado sentir parte de la trama.
En cuanto a la trama el autor mantiene en vilo al lector buena parte de la novela, siendo cierto que en mi opinión el final y la resolución del caso es bastante esperado y no llega al nivel de su primera novela de la saga ni por supuesto a la última novela escrita “La danza de los tulipanes”. En esta ocasión se refleja como el autor se centra y pone más énfasis en la evolución psicológica de la protagonista, en cómo va asumiendo e interiorizando los diferentes golpes que la investigación le otorgan y como le afectan a ella a nivel emocional y personal.
Es para mi una buena novela negra, con menor nivel que las anteriores pero que el efecto personal, muchas de las localizaciones las conozco de bien pequeño y las sigo viviendo de cerca, me hacen ponerle una nota alta.
Recomiendo seguir a este autor, quien este mismo mes pone en venta una nueva novela. Allí estaremos.
Misterio, crímenes y un final impactante. Lectura rápida para pasar un buen rato.
Un buen final para la saga de Leire Altuna.
Como suele ser habitual en Ibon Martín, un comienzo muy intenso que engancha y un desarrollo con múltiples presuntos culpables.
Es la menos policiaca de las novelas de la saga de Leire Altuna. Ahonda más en la mente de la protagonista, en sus miedos, sus relaciones con las personas de su entorno.... Por eso mismo se hace más lenta, menos ágil. También es una trama más pobre que la de sus predecesoras.... A mí modo de ver no está al mismo nivel que "El faro del silencio" (la mejor con diferencia) ni "La fábrica de las sombras" ni "El último akelarre".