Resumen y sinopsis de Quiéreme siempre de Núria Gago
De la necesidad surgió el cariño. Un tributo a la convivencia entre dos generaciones de mujeres.
A Lu, que lleva dos años en París, le han roto el corazón por tercera vez y decide volver a Barcelona para aclarar sus ideas.
Su madre le busca un trabajo de cuidadora sin consultarle y cuando la recoge en el aeropuerto, la lleva directamente a casa de Marina: ochenta y seis años, viuda y pendiente siempre de su hermana María, enferma de alzhéimer. Lo que empieza siendo una convivencia forzosa se convierte para las dos en un pequeño oasis en el que recuperarán la alegría y el control de sus vidas.
Quiéreme siempre habla sobre la importancia de ayudarnos los unos a los otros, sobre la soledad de nuestros mayores, sobre cómo la música puede abrir puertas que ya nadie encuentra y, sobre todo, de cómo el humor, el amor y la valentía de mirar hacia adentro pueden salvarnos.
Probablemente lo más infumable que he leído en mucho tiempo, Quiéreme siempre no sirve ni para el reciclaje de papel. Estoy profundamente sorprendida y asqueada de que se sigan publicando esta clase de obras que solo bajan el nivel de calidad media de cualquier buena editorial que se precie. Y todo eso por la “módica” cantidad de más 400 páginas de lectura que son una tortura psicológica en toda regla.
Núria Gago firma la autoría de este horror literario. Decir que es una pésima escritora es quedarme extremadamente corta. Esta señora es el mejor ejemplo de que saber escribir no te convierte en escritor. Con todo esto quiero decir que Gago es una escritora horrible que posee un estilo de escritura vacío, intrascendente, simplón y con una ejecución nefasta. Lo consigue gracias a una prosa lenta, repetitiva, pesada y con un desarrollo estúpido, un lenguaje funcional y unas descripciones que es mejor que no aparezcan, porque cuando lo hacen no sabes si reír o llorar. Y ahora viene lo “mejor”, los personajes. Aunque hay una galería de personajes amplia todos resultan igual de espantosos. Su construcción es superficial y sin ningún atractivo. “Lu” es la típica protagonista patada, una chica joven que jamás toma decisiones y que resulta profundamente irritante por su inacción y estupidez. Marina, la otra protagonista, es el prototipo de la “abuela sabia”, de esas que lo sabe todo y te lo puede decir en el momento apropiado para que la situación se arregle y sea maravilloso.
Como todo el libro en sí, la historia que nos narra Quiéreme siempre es de un simplismo que raya lo amoral. Aquí no esperéis nada más que entretenimiento del malo, aderezado con algún dato curioso y mucha contradicción histórica. Pero para que me creáis os haré un resumen de la sinopsis. Lu es una enfermera en la treintena que, tras ser engañada por Paul, su novio francés, deja París y vuelve a Barcelona, su ciudad natal. Allí la esperan unos pocos amigos, un padre amoroso pero ausente y una madre fría y despiadada. Con este panorama, Lu se sorprende cuando nada más llegar su madre la ha conseguido trabajo como enfermera personal de Marina, una mujer mayor. Ambas mujeres aprenderán a convivir juntas, sanarán sus corazones y forjarán unos lazos de amistad fuertes que las llevarán a compartir vivencias y a tratar de ayudar a toda la comunidad. Y hasta aquí puedo contar. Y aunque puede parecer interesante, creedme, no lo es. Este libro refleja una Barcelona de piruleta donde los unicornios vuelan por cielos azules y la gente regala algodón de azúcar por las esquinas. Marina y Lu se llevan bien con todo el mundo, nunca tienen malos días y siempre son capaces de ser optimistas a prueba de bomba. Un asco profundo. Y eso sin contar el happy ending que la autora se ha montado al final. Todo es maravilloso; todos somos maravillosos. Por favor, ten un cubo a mano cuando llegues al desenlace. Tanto dulce puede hacer que vomites.
Definitivamente, Quiéreme siempre es un intento de novela sentimental que pretende sacar un poco de crítica social en la forma en la que tratamos a nuestros mayores y a los enfermos de Alzheimer. Lástima que el envoltorio sea tan terrible, la historia tan fácil y los personajes tan imbéciles. Pero tampoco puedes esperar mucho de una novela titulada Quiéreme siempre. ¿Declaración, exigencia o ruego? Nunca lo sabremos, supongo. Y ni ganas.
Una historia muy actual que nos muestra nuestro interior con amor y con la valentía de ser solidarios con los demás para saber encontrar nuestro lugar en la vida.
Sensible y tierno, a la vez que ocurrente.
Muy recomendable.