Resumen y sinopsis de El club de los mentirosos de Mary Karr
La tragicómica niñez de Mary en una localidad petrolera del este de Texas nos presenta a unos personajes tan singulares como divertidos: un padre bebedor, una hermana que con doce años le planta cara a un sheriff, una madre con un sinfín de matrimonios a sus espaldas —y cuyos secretos amenazan con destruirlos a todos—. Precisamente, será la madre, ese personaje maravilloso, quien se convertirá a lo largo del libro en la clave de esta gran historia, de esta novela autobiográfica e inolvidable.
Cuando se publicó por primera vez en Estados Unidos, El club de los mentirosos fue un éxito arrollador y elevó el arte de la narrativa memorialística a un nivel completamente nuevo. Fue recibido con entusiasmo por los lectores y la crítica, fascinados por este relato de una infancia de los años sesenta fuera de lo común, tremendamente conmovedor pero desprovisto de sentimentalismos.
Cuando estas inmerso en las páginas de esta novela, no puedes dejar a un lado la sensación de que ya la has leído, o al menos algo parecido. Y es que las novelas americana de tinte costumbrista se parecen mucho entre sí, el típico poblacho, familia aficionada al alcohol, abusos sexuales etc... Esta es una más entre ellas ni mejor ni peor, solo decir que muy espesa.
Gran novela, la leí por recomendación del periodista E.J. Rodriguez, la autora escribe sobre su niñez y sobre sus padres, principalmente, la extrañeza de interpretar cómo se comportan los adultos, hay momentos para echarse unas risas con sus travesuras (a veces muy bestias), para tener miedo y para llorar. Entrañable, conmovedor, muy bien escrito.
Cómica, corrosiva, brutal, espantosa, trágica... Entorno a estas ácidas memorias de infancia flota como madero en la mar la mordacidad, la acritud, la toxicidad y la mala baba. Pero también aboya la comprensión, el amor, el cariño y los sentimientos más profundos. No te dejará indiferente. La deriva familiar de la texana Mary Karr es para corazones protegidos por chalecos antibalas.
Que la realidad supera a la ficción se cumple perfectamente en este libro autobiográfico, en el que su autora recuerda episodios de su infancia, sin apenas reprimirse. Al describir su niñez, Mary Karr consigue algo que parece difícil, otorga interés a su propia historia. La novela es algo más que el relato de una infancia hecha jirones, es valiente, demasiado cruda en algunos capítulos, es honesta y sincera. Una buena y atractiva lectura.