Resumen y sinopsis de Cuerpos sucesivos de Manuel Vicent
Si el amor es un fluido único que pasa a través de cuerpos sucesivos, esta historia es un fragmento de ese río. Desde la oscuridad del placer afloran unas biografías amorosas que se entrecruzan hasta crear un solo caudal, y arrastrada por su corriente furiosa brilla también en el interior de la carne la hoja de una navaja como la última forma que adopta el destino. El amor es lo eterno y no lo amado, dice un verso de Cernuda. Ésta es la historia de un hombre que se debatía entre la melancolía del fin de la seducción y la necesidad de medirse a sí mismo todavía como un héroe para rescatar de la destrucción a una mujer con el arma de las palabras, de los viajes imaginarios, de los sueños imposibles al alcance de la mano. A través del cuerpo de esta mujer el amante derruido se encontraría resucitando en otro cuerpo. Nada que no suceda todos los días.
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Aún a riesgo de parecer tonta, siento tener que decir que no he entendido qué nos ha querido decir en esta novela Manuel Vicent, al que admiro y del que he leído toda su obra. Veo que está muy bien escrita y que es pura poesía su prosa, pero no he entendido la historia de Ana y David más allá de lo que es obvio: la relación casi enfermiza de Ana con Bogdan y lo que representa Ana para David. A partir de ahí, no consigo saber quién o qué es Martín y como influye en sus vidas. Me siento pequeñita cuando tengo que reconocer mi ineptitud para entender según qué cosas.
Es indudable la calidad de la prosa de Vicent. Solamente por ésto, merece la pena su lectura.
Véase en este fragmento: "Se preguntó una vez más por qué de un tiempo a esta parte la perfección de un cuerpo adolescente, la suavidad de un paisaje, el recuerdo de una vieja canción, el silencio de una playa solitaria, cualquier clase de armonía le proporcionaba una profunda amargura, como si se estuviera despidiendo de cada uno de los placeres que habían conformado su espíritu. Un hombre está acabado cuando la belleza le pone triste" (p 12).