Resumen y sinopsis de París-Austerlitz de Rafael Chirbes
El narrador de esta historia, un joven pintor madrileño de familia acomodada y afiliado al Partido Comunista, rememora, a modo de urgente confesión que posiblemente se deba a sí mismo, y en la que a ratos parece justificarse, los pasos que le han llevado al último trayecto de su relación con Michel. Michel, el hombre maduro, de cincuenta y tantos, obrero especializado, con la solidez de un cuerpo de campesino normando; el hombre que lo acogió en su casa, en su cama, en su vida cuando el joven pintor se quedó sin techo en París; Michel, cuya entrega sin fisuras le devolvió el orgullo y lo libró del desamparo, hoy agoniza en el hospital de Saint-Louis, atrapado por la plaga, la enfermedad temida y vergonzante. En el principio fueron los días felices, los paseos por las calles de París, las copas en el café-tabac mientras duraba el sueldo, el alcohol y el deseo, el placer de amarse sin más ambición que la de saberse amados.
Los textos póstumos siempre me llevan, irremediablemente, a comparar dos obras: de un lado, la publicada, la que está en mis manos; de otro, la que uno imagina que hubiera publicado el autor (si es que se hubiera atrevido a hacerlo). "París-Austerlitz" me ha parecido una obra acabada, cerrada, revisada hasta la saciedad por su autor. Es un reencuentro con el Chirbes más elegante, íntimo, sensible, sutil, a veces retorcido, pero infinitamente más claro y transparente que en sus dos últimas novelas, las celebradas "Crematorio" y "En la orilla". Intuyo que si Chirbes no se atrevió a publicar esta breve novela no fue porque no la valorara literariamente, sino porque es demasiado íntima. Es un regreso a la sensibilidad de "La buena letra", pero con la sobriedad de un autor que no tiene que convencer a nadie. "París-Austerlitz" es un epílogo perfecto para una obra extraordinaria que, curiosamente, comenzó con una novela corta muy similar, "Mimoun".
La historia está bien en cuanto al tema tratado pero no me ha acabado de enganchar. Va saltando en el tiempo y no veo que profundice en lo que podría haber dado de sí la temática homosexual. Así como los problemas que tuvieron que pasar los protagonistas en esa época donde este hecho no estaba bien visto.
Toda la novela es oscura; hasta París, a la que llaman "ciudad de la luz" parece tener en la novela la típica panza de burro.
El narrador-protagonista se culpa de la ruptura de esta pareja tan diferente en todo (origen familiar, geográfico, idiomático, cultural, económico, laboral...) pero que se han querido.
Leo "París-Austerlitz", el libro póstumo que Rafael Chirbes escribió intermitentemente desde octubre de 1996 hasta mayo de 2015, poniendo como título, el nombre de la estación de trenes por donde transita la linea internacional hacia España desde la capital francesa y que, así mismo, marca una inflexión en la relación homosexual que mantiene el narrador con su pareja Michael. Con una narrativa muy depurada e innumerables saltos temporales correctamente integrados en la narración, el autor consigue una perfecta plasmación de los pensamientos, sentimientos y satisfacciones homosexuales del joven narrador, dándome múltiples perspectivas sobre ellos y su mundo, desde el temor a la enfermedad, hasta la caída y abandono al mal de Michael, pasando por su infancia en Lecreaux, la ausencia del padre, la brutalidad del padrastro, la juventud en Ruan, los desengaños y los amantes. Así, con un hábil manejo del sentimiento del amor e intercalando frases y expresiones en idioma francés, el novelista me muestra la trampa mortal en la que ha caído el joven pintor pasando de los celos a la hartura, sintiendo pena y compasión en esta "engañosa prestidigitación de la carne". Coherente y dolorosa, de 8.
Una novela con sabor a despedida, no solo por el reciente fallecimiento de su autor si no por la historia que en ella se narra. Narración extremista, escrita exquisitamente, que en un entorno de decadencia indaga en la trampa que supone la ilusión del amor. Excelente, tan solo el final lo he sentido un poco precipitado.