Resumen y sinopsis de Ante todo, no hagas daño de Henry Marsh
Henry Marsh tiene posiblemente la profesión más delicada y fascinante que existe. Henry Marsh es neurocirujano, uno de los mejores del mundo. Esto significa que se ve obligado a hurgar en el cerebro de las personas. Con unas pinzas bipolares coagula los vasos sanguíneos que recorren susuperficie, hace una incisión con un bisturí pequeño, introduce una fina cánula conectada a un aspirador quirúrgico y, con la ayuda de un microscopio, se abre camino por la sustancia blanca en busca del tumor. De su pericia y su pulso depende en muchas ocasiones que un paciente recupere la visión o acabe en una silla de ruedas. Hay días en los que salva vidas, pero también hay jornadas nefastas en las que un pequeño error o una cadena de infortunios lo hacen sentirse el ser más triste y solo sobre la faz de la Tierra.
Muy buen libro, que relata de una manera autobiográfica alguna vivencias del autor, de manera honesta y amena te deja entrever los conflictos y dilemas a los que se enfrentan en el ejercicio de su profesión y, sobre todo, que nadie es perfecto por muy bueno que sea y esto tiene irremediablemente funestas consecuencias en algunas ocasiones. Muy recomendable.
Especialmente interesante para médicos, estudiantes de medicina o personas vinculadas al mundo médico en general; de todos modos es un libro recomendable casi para cualquiera: humano y sin artificios.
Muy buena novela, es una autobiografia muy humana que te muestra las debilidades y dudas que tiene un buen medico, porque antes de neurocirujano es medico. Es apasionante y se lee de un tirón con una prosa ligera que nunca cae en el dramatismo a pesar de las gravedad de lo que te esta diciendo.
No me extraña que este libro haya estado entre los más vendidos durante bastante tiempo. Henry Marsh, buen cirujano pero mejor persona, nos cuenta sus dudas, sus vivencias, las historias de sus pacientes. Unas historias a menudo emocionantes. El marco en que se desarrolla el libro es duro y puede echar atrás a algunos lectores que prefieren no pensar en la muerte y la enfermedad. Unas páginas son terribles por su desesperanza, otras, sin embargo, están llenas de felicidad por recuperar el don de la vida. Y en medio el cirujano que debe protegerse del dolor del enfermo sin perder su humanidad y encontrar el mejor medio para salvarle. Si no lo hay esperanza mejor no hacer daño, dejar que Dios o la naturaleza decidan.
Lo mejor es que el autor profundiza en los auténticos problemas de su trabajo tan difícil.
Es un compendio dramático y descarnado de experiencias reales vividas a lo largo de su vida como neurocirujano por el doctor Marsh. La cercanía y familiaridad con la muerte, el sufrimiento y la postración de los pacientes, los terribles dilemas éticos que se viven en forma cotidiana, la forma casi insensible y a la vez profundamente humana en que se evalúan y toman decisiones sobre la vida y la muerte de las personas, y sobre todo la gran autocrítica y reflexión incompasiva para consigo mismo del autor, hacen de este libro una obra de enorme valor humano.
Debería ser de lectura recomendada (si no obligada) para estudiantes de medicina y para médicos jóvenes que incursionan en el impiadoso mundo de la cirugía. Sobrecogedor, simple e impactante.
Libros así son necesarios para conocer profesiones un tanto opacas como la de los neurocirujanos. El autor, próximo a su retiro, es decir con una experiencia de décadas en la profesión, nos narra muchos casos que ha vivido y que nos ilustran de cómo funciona el sistema nacional de salud británico, cómo es el día a día de un profesional tan especializado, cómo viven la enfermedad, cómo se enfrentan al sufrimiento ajeno a veces con distanciamiento otras con más empatía. Estamos ante un cirujano cercano, preocupado, que ha desarrollado su vertiente humana que le lleva a tratar al paciente como a una persona y no como una máquina que hay que arreglar. Nadie le obliga a hacer esas visitas, a última hora de la tarde, el día previo de la operación, para apoyar psicológicamente a sus pacientes. Me parece un profesional sin igual que además es consciente de sus limitaciones y que reconoce sus propios errores. Un libro bastante revelador del mundo médico.
Me ha gustado esta novela autobiográfica realizada a partir de su propia vida. La prosa es ágil y atrapa desde las primeras líneas. A pesar de su dureza, el autor no se recrea en la tragedia y deja abierta la puerta a la esperanza. El autor-médico se humaniza ante nuestros ojos.