Resumen y sinopsis de Historias de intriga y de aventuras de Arthur Conan Doyle
Se reúnen aquí trece narraciones que plantean diferentes misterios, sin que las protagonice Sherlock Holmes. Algunas plantean enigmas que aparecen como irresolubles, tal el caso de "El tren especial desaparecido", un convoy ferroviario que se esfuma entre estaciones sin dejar rastro o "El pectoral del pontífice judío" donde, en la inquietante atmósfera de un museo arqueológico londinense, una de las más valiosas joyas de la colección es manipulada por las noches.El cazador de escarabajos
El cirujano de Gaster Fell
El cuarto de la cerradura lacrada
El debut de Joyce, el Bimbashi
El gran motor de Brown Pericord
El hombre de Arkangel
El hombre de los relojes
El médico moreno
El pectoral del pontífice judío
El tren especial desaparecido
Escenas copiadas
La caja barnizada de negro
Ha participado en esta ficha: brussell
Notables composiciones que dejan al lector sin aliento. Hay misterios de tipo sobrenatural que se van abriendo paso poco a poco a los ojos de investigadores o académicos, lo cual hace que sean más inquietantes al desafiar a lo conocido oficialmente. Para aquellos que les guste pasar un rato inquietante.
El prolífico Conan Doyle supo componer relatos de suspenso que, a mi criterio, son superiores a los de Sherlock Holmes, aunque el personajes haya absorbido al autor. Los relatos de este libro son todos interesantes, e incluso alguno tiene altos destellos literarios. Como muestra, transcribo el final de "El hombre de Arkángel": "Madge y yo les dimos sepultura en la costa del desolado Mar del Norte. Allí yacen ambos en una sola fosa profunda, debajo de la arena amarilla. Pueden ocurrir en el mundo y a su alrededor cosas extraordinarias. Pueden llegar a su esplendor y derrumbarse los imperios, perecer dinastías, estallar y concluir grandes guerras; pero, despreocupados de todo, estos dos seres se abrazarán eternamente, dentro de su tumba solitaria, a orillas del Océano rumoroso. Yo he pensado algunas veces que sus almas revolotean, como sombras de gaviotas, por encima de las rompientes de la bahía. Su lugar de descanso no está señalado por una cruz ni por ningún otro símbolo, pero la vieja Madge suele colocar, de cuando en cuando, flores silvestres sobre la tumba, y cuando yo en mis diarios paseos cruzo por allí y veo las flores frescas desparramadas sobre la arena, pienso en aquella extraordinaria pareja que vino desde muy lejos y rompió durante un corto tiempo la monotonía de mi vida sombría".