Resumen y sinopsis de Nieve y neón de Jesús Ferrero
Berlín, otoño de 1989. El Telón de Acero cae, y mientras algunos jóvenes se encaraman en el muro y festejan la próxima reunificación de Alemania, otros esquivan balas y otros nadan en una corriente subterránea que recorre íntegramente la ciudad como una densa tela de araña. Para unos, la noche se llena de esperanza y para otros, de avaricia: hay prisas por aprovechar a fondo la situación y hacer limpieza de personas y documentos. La ciudad es un hervidero de cohetes y proclamas.
En medio de ese laberinto de fuego se mueve una muchacha que va siempre en bicicleta, dos hermanas noctámbulas y lascivas, una banda que aspira a enriquecerse hasta el límite de lo posible y un hombre perseguido por una bala que nunca encuentra su destino.
Tras leer "Nieve y neón " el último libro escrito por Jesús Ferrero y buscar en internet una carátula a la que acompañar este comentario, descubro una sinopsis sumamente atractiva que apenas guarda relación con el texto que he leído y que parece escrita por un reseñador más talentoso que el propio escritor zamorano. De este modo me entero de que este libro forma parte de la serie protagonizada por Ágata Blanc (una investigadora que aquí cuenta con 13 años) pero sigo sin comprender tanto sinsentido en el texto. Así, a la pregunta que un reportero a los pies del Muro realiza a Ágata acerca de si es partidaria o no de la unificación, ella responde "que es partidaria de la novela erótica de alto nivel y de los cuentos de Lovecraft" y cuando esa pregunta es formulada a Ulrich -otro personaje-, éste responde con la opinión de su madre acerca de la ópera de Albéniz: "Hay algo en el Merlín de Albéniz que está más allá de la vida y de la muerte. Es la música que le hubiese gustado hacer a Wagner". Tampoco encuentro justificación al empleo de expresiones como “a Ágata se le antojaba desnuda: la desnudaba su tristeza, pues la tristeza despoja tanto como la desesperación y nos torna tan dolorosamente transparentes como un perro que acaba de ser abandonado” o "La mujer del lago quería mermelada de arándanos. Se lo decía desde las sombras del pasillo”, ni al hecho de que uno de los personajes intente asesinar a otro con una catana porque nunca ha escuchado a Albéniz, ni a los paseos que hace dar a sus protagonistas por la ciudad de Berlín como si estuviéramos ante un periplo de turistas (sobran los datos geográficos pues ¡¡¡viven ahí...!!!), ni al confuso manejo del tiempo, las inseguras caracterizaciones de los personajes (datos esenciales para construirlos aparecen muy avanzada la narración como si se tratara de una nueva ocurrencia del autor), ni a la recurrente figura de los culos femeninos, a la presencia de tanto sexo, a los ilógicos diálogos, ni a la elección de la caída del Muro como localización de fondo. Esta novela que cuenta con una limitada trama y muchas divagaciones, me ha resultado pesada y confusa. De 3,5.
Tras leer "Nieve y neón " el último libro escrito por Jesús Ferrero y buscar en internet una carátula a la que acompañar este comentario, descubro una sinopsis sumamente atractiva que apenas guarda relación con el texto que he leído y que parece escrita por un reseñador más talentoso que el propio escritor zamorano. De este modo me entero de que este libro forma parte de la serie protagonizada por Ágata Blanc (una investigadora que aquí cuenta con 13 años) pero sigo sin comprender tanto sinsentido en el texto. Así, a la pregunta que un reportero a los pies del Muro realiza a Ágata acerca de si es partidaria o no de la unificación, ella responde "que es partidaria de la novela erótica de alto nivel y de los cuentos de Lovecraft" y cuando esa pregunta es formulada a Ulrich -otro personaje-, éste responde con la opinión de su madre acerca de la ópera de Albéniz: "Hay algo en el Merlín de Albéniz que está más allá de la vida y de la muerte. Es la música que le hubiese gustado hacer a Wagner". Tampoco encuentro justificación al empleo de expresiones como “a Ágata se le antojaba desnuda: la desnudaba su tristeza, pues la tristeza despoja tanto como la desesperación y nos torna tan dolorosamente transparentes como un perro que acaba de ser abandonado” o "La mujer del lago quería mermelada de arándanos. Se lo decía desde las sombras del pasillo”, ni al hecho de que uno de los personajes intente asesinar a otro con una catana porque nunca ha escuchado a Albéniz, ni a los paseos que hace dar a sus protagonistas por la ciudad de Berlín como si estuviéramos ante un periplo de turistas (sobran los datos geográficos pues ¡¡¡viven ahí...!!!), ni al confuso manejo del tiempo, las inseguras caracterizaciones de los personajes (datos esenciales para construirlos aparecen muy avanzada la narración como si se tratara de una nueva ocurrencia del autor), ni a la recurrente figura de los culos femeninos, a la presencia de tanto sexo, a los ilógicos diálogos, ni a la elección de la caída del Muro como localización de fondo. Esta novela que cuenta con una limitada trama y muchas divagaciones, me ha resultado pesada y confusa. De 3,5.