Resumen y sinopsis de Billy Budd, marinero de Herman Melville
1797. La amenaza revolucionaria y las tropas del Directorio francés tienen consternada a Europa. En el Mediterráneo, el buque mercante Derechos del Hombre -nombre simbólico donde los haya- es abordado por el navío de guerra Bellipotent de la Armada Británica, con la intención de reclutar hombres a la fuerza. El único elegido es un joven expósito, el gaviero Billy Budd, de quien emana, dice el capitán del mercante, «una virtud que dulcificaba a los más amargados». En el nuevo barco, de hecho, no tarda en ganarse la benevolencia de marineros y oficiales, pero también atrae la atención del hosco maestro de armas Claggart, que no deja desde el principio de observarlo con una «antipatía profunda y espontánea». Billy, en su inocencia, y a pesar de las advertencias de sus compañeros, no puede creer que Claggart le guarde animadversión... hasta que una acusación falsa precipita la violencia y el caos. El manuscrito de Billy Budd, marinero, compuesto alrededor de 1885, no fue descubierto hasta 1919 y publicado hasta 1924. Contribuyó a la revalorización de Herman Melville, hasta entonces bastante olvidado. De esta nouvelle magistral que gira en torno al «misterio de la iniquidad», la guerra, la ley y la justicia se han hecho adaptaciones teatrales, una ópera de Benjamin Britten con libreto de E. M. Forster y Eric Crozier y una memorable película dirigida por Peter Ustinov.
Interesante novela corta. Puede reprochársele la lentitud (pese a su poca extensión) con que avanza la acción, que por otra parte es muy simple y consta de un solo hecho central y su consecuencia. A favor la profundidad del drama y la caracterización de los personajes.
Si bien es cierto que se trata de una novela corta, lo he leído casi de un tirón, lo que puede ser indicativo de cómo me ha enganchado. Y eso que no es un texto al uso. El protagonista, que le da título, apenas balbucea unas palabras en toda la obra. Por otro lado, la traducción de la edición que he leído, aunque hecha por el prestigioso José María Valverde, me ha rechinado en algunos momentos.