Personae

Resumen y sinopsis de Personae de Sergio de la Pava

La detective Helen Tame es llamada en su último día de trabajo al levantamiento del cadáver de un anciano que, según algunas pistas, pudo haber sido asesinado. En la escena del posible crimen Helen encuentra una caja con unos viejos manuscritos escritos por el difunto. A lo largo de la novela y de forma fragmentada nos adentramos al mundo del viejo escritor y a la vida de la brillante detective.

A través de unos ensayos sobre las Variaciones Goldberg de Bach, escritos por la propia Helen, descubrimos que fue una niña prodigio, para luego convertirse en una prestigiosa académica y en una de las pianistas más reconocidas del mundo, pero que a los veinte años decidió abandonar su promisoria carrera para dedicarse a la investigación policíaca. Este hilo conductor se alterna con las reflexiones que el anciano ha dejado para la posteridad sobre el oficio de la escritura, el arte, la traducción y lo que significa ser escritor.

Entre su obra encontramos un cuento sobre un profesor que se enfrenta al mar y se sumerge en el agua mientras reflexiona sobre el paso del tiempo, la destrucción de las cosas, la enseñanza y el matrimonio; una obra de teatro existencialista dónde cinco individuos atrapados en lo que podría ser un hospital psiquiátrico tratan de descifrar su situación mientras ponderan la posibilidad de dialogar con el otro, confiar en el otro, y encontrarle un sentido a la vida, a la violencia y a la muerte; y finalmente una nouvelle que nos relata la historia de un inmigrante dueño de un café en Nueva York que se enamora de una de sus clientes, mientras conocemos un pasado trágico marcado por la violencia de la guerrilla colombiana.

Sergio de la Pava combina la maestría del lenguaje y el humor con profundas reflexiones en torno a la creación artística, la justicia, la confianza y lo efímero de la existencia. Personae es una novela exigente, abierta, en la que cada capítulo podría leerse como una obra independiente, con su propia forma de cautivar y atrapar al lector, ya sea por la fuerza dramática de la historia, la profundidad de sus reflexiones o la ironía de sus juegos lingüísticos.