Resumen y sinopsis de El cuerpo del delito de Varios Autores
Empezando con un relato de Hawthorne no estrictamente policiaco pero que puede considerarse precursor, la antología incluye un cuento poco conocido de Poe, autor que fijó los rasgos principales del relato policial, y también recoge relatos de autores que cultivaron el género de forma tangencial, como Dickens, perfecto conocedor del hampa, Wilkie Collins, Jack London, Oscar Wilde y Mark Twain, todos con un delicioso trasfondo humorístico. Por supuesto, un relato de Sherlock Holmes, y relatos menos conocidos de la baronesa Orczy o de Richard Austin Freeman, autores que gozaron de gran popularidad.
Asimismo encontramos un relato del caballeroso ladrón de guante blanco Arsène Lupin, creado por el francés Maurice Leblanc, y un cuento de Jacques Futrelle protagonizado por el profesor Van Dusen, apodado la Máquina Pensante. La recopilación se cierra con uno de los relatos de Chesterton protagonizado por el famoso Padre Brown, más partidario siempre de redimir al delincuente que de castigarlo
El cuerpo del delito es un conjunto asimétrico de relatos policiacos escritos por autores de la talla de Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Wilkie Collins o Mark Twain, entre otros.
A través de esta compilación, presentada en orden cronológico, podemos apreciar la evolución del género desde los tímidos inicios con Nathaniel Hawthorne, hasta los maestros consumados como Arthur Conan Doyle o Jack London.
Cada relato presenta características comunes del género. Y, aunque en general todos tienen la misma estructura, difieren en la forma y estilo de escritura, propio de cada autor. Pero en todos ellos se nota un esmerado trabajo de traducción, que junto con un prólogo muy útil e interesante, y una edición muy cuidada hacen de este libro una auténtica maravilla.
Respecto a los relatos en si poco puedo contar sin desvelar nada. Todos ellos pertenecen al género policiaco, pero lo abordan desde múltiples puntos de vista. Así, mientras que Poe crea y mantiene una atmósfera sobrenatural en su relato, Wilkie Collins consigue dotar al suyo de un trasfondo cómico. Este libro recoge un poco de todo. Desde parodias poco afortunadas, hasta relatos trepidantes, pasando por algunos intrascendentes y claramente aburridos.
Resumiendo, el cuerpo de delito es una buena antología de un género que no ha dejado de ganar adeptos desde su invención en el siglo XIX. Conseguirá hacer las delicias de los fanáticos del crimen, si bien es cierto que algunos pueden sentirse decepcionados, en especial si no les gustan los autores clásicos.
El cuerpo del delito es un conjunto asimétrico de relatos policiacos escritos por autores de la talla de Edgar Allan Poe, Oscar Wilde, Wilkie Collins o Mark Twain, entre otros.
A través de esta compilación, presentada en orden cronológico, podemos apreciar la evolución del género desde los tímidos inicios con Nathaniel Hawthorne, hasta los maestros consumados como Arthur Conan Doyle o Jack London.
Cada relato presenta características comunes del género. Y, aunque en general todos tienen la misma estructura, difieren en la forma y estilo de escritura, propio de cada autor. Pero en todos ellos se nota un esmerado trabajo de traducción, que junto con un prólogo muy útil e interesante, y una edición muy cuidada hacen de este libro una auténtica maravilla.
Respecto a los relatos en si poco puedo contar sin desvelar nada. Todos ellos pertenecen al género policiaco, pero lo abordan desde múltiples puntos de vista. Así, mientras que Poe crea y mantiene una atmósfera sobrenatural en su relato, Wilkie Collins consigue dotar al suyo de un trasfondo cómico. Este libro recoge un poco de todo. Desde parodias poco afortunadas, hasta relatos trepidantes, pasando por algunos intrascendentes y claramente aburridos.
Resumiendo, el cuerpo de delito es una buena antología de un género que no ha dejado de ganar adeptos desde su invención en el siglo XIX. Conseguirá hacer las delicias de los fanáticos del crimen, si bien es cierto que algunos pueden sentirse decepcionados, en especial si no les gustan los autores clásicos.