Resumen y sinopsis de Sumisión de Michel Houellebecq
Francia, en un futuro próximo. A las puertas de las elecciones presidenciales de 2022. Los partidos tradicionales se han hundido en las encuestas y Mohammed Ben Abbes, carismático líder de una nueva formación islamista moderada, derrota con el apoyo de los socialistas y de la derecha a la candidata del Frente Nacional en la segunda vuelta. François, un profesor universitario hastiado de la docencia y de su vida sexual, que a sus cuarenta años se había resignado a una vida aburrida pero sosegada, ve cómo la rápida transformación que sucede a la llegada del nuevo presidente al Elíseo altera la vida cotidiana de los franceses y le depara a él un inesperado futuro. Los judíos han emigrado a Israel, en las calles las mujeres han cambiado las faldas por conjuntos de blusas largas y pantalones, y algunos comercios han cerrado sus puertas o reorientado el negocio. Y la Sorbona es ahora una universidad islámica en la que los profesores conversos gozan de excelentes salarios y tienen derecho a la poligamia.Sumisión llegó a las librerías francesas el mismo día del trágico atentado contra Charlie Hebdo y Houellebecq, acusado de islamofobia o de dar alas a la extrema derecha, afirmó: «No tomo partido, no defiendo ningún régimen. Deniego toda responsabilidad. He acelerado la historia, pero no puedo decir que sea una provocación, porque no digo cosas que considere falsas sólo para poner nerviosos a los demás.»
Más allá de la polémica, Sumisión es una novela de «política ficción» –como 1984 y Un mundo feliz–, una turbadora fábula política y moral, en la que coexisten intuiciones poéticas, efectos cómicos y una melancolía fatalista.
El escenario es interesante, pero tiene varios problemas por los que me resultó difícil terminarla, a pesar de estar escrita en un lenguaje bastante sencillo.
El protagonista es antipático, de una manera poco creíble, y se pasa mucho tiempo hablando de literatura francesa, queda como un pegote que no va a ningún sitio. Al final el tema interesante de fondo no tiene tanto desarrollo ni profundidad como prometía.
A favor de esta novela hay que decir que está bien escrita, mantiene el interés y el ritmo; por lo que la lectura resulta ágil y amena.
Primer inconveniente: el protagonista. Por un lado resulta un tipo frío, sin un ápice de empatía hacia el prójimo, por lo que resulta imposible empatizar con él. Por otro lado, además, resulta muy poco creíble, pues un hombre que parece dotado de una extraordinaria sensibilidad para la literatura del siglo diecinueve, carece de total sensibilidad hacía sus propios padres. Ya sé que este tema se presta a la controversia, pero hay que reconocer que cuando menos, es raro.
Entiendo también, en relación con el tema anterior, que las exquisitas especializaciones literarias a las que dedican su vida profesional muchos de los personajes constituyen una parodia de los ambientes universitarios, que son percibidos como inútiles objetos de lujo intelectual.
Por lo demás, el tema principal de la novela, todavía es política ficción, si bien en un par de años puede quedar desfasada. Más que nada porque en un par de años ya habremos alcanzado el 2022...
También he de decir que el hecho de leer una novela que plantea una situación social cercana a la distopía, cuando se está viviendo una distopía real (en este momento llevamos cuatro semanas de confinamiento por la crisis del coronavirus) hace pensar que todo es posible...
Más que una novela diría que es un ensayo sobre el futuro de Europa. Una visión pesimista sobre una decadencia inevitable. El protagonista es racista, misógino, adicto al sexo, engreído e insolidario. La cuestión es saber si el autor está solamente provocando o es que piensa de esa forma. Pero está muy bien escrita.
La novela menos reconocible del autor, y quizá por eso, tiene cierto pase. No genera rechazo ni despierta admiración, como ocurre en tantas otras. Se deja leer, aunque le sobra, como casi siempre, bastante ciencia académica. Puede que sin sexo el autor ya no sea el mismo...
Es una gran novela de crítica a las políticas europeas y francesas. Además ahonda en los problemas sociales de occidente, en su pérdida de identidad. Con la sátira y el humor característico de Houellebecq.
Resultan interesantes tanto el planteo que propone el autor como la manera de especular con el devenir sociopolítico que se desarrolla en la novela. El personaje central es muy parecido al de otras novelas de Houellebecq (casi idéntico al de "La posibilidad de una isla", por ejemplo): nada le viene bien, es tremendamente egoísta y hasta nihilista en un punto, no es agradable para nada; pero es tan sincero consigo mismo que genera una mezcla de empatía y conmiseración. Desde ya está muy bien escrita, aunque muchas de las cosas que ocurren están puestas en boca de uno de los personajes circundantes y expresadas en soliloquios que parecen tener el claro propósito de explicárselas a los lectores en forma de exposición magistral. Este recurso no me gustó mucho y si bien no ocurre todo el tiempo es trascendente ya que expresa el núcleo de las ideas centrales de lo que ocurre en Francia en el transcurrir de la historia. La novela no es agresiva, irrespetuosa ni polémica (como se la ha querido mostrar, seguramente para favorecer las ventas); es en definitiva... una novela de Houllebecq que tiene muchos puntos en común con otras de sus obras.
Seguramente el valor de esta obra se encuentra más en poner contra las cuerdas a cierto pensamiento político-social que en la historia en sí. Sin embargo, si bien en Francia el auge del Frente Nacional y la importante cantidad de población de origen africano y de religión musulmana son cuestiones del día a día, en España se nos hace muy difícil imaginar un futuro así. Nuestros problemas, por lo que parece, son más bien otros. Sin embargo, es interesante ver como una sociedad puede adaptarse a una ideología que en principio era minoritaria e incluso contraria a la establecida. No sería la primera vez que sucede en la historia de la humanidad. En resumen, su lectura es ágil y plantea ciertas preguntas o situaciones que hacen pensar. Poco más.
Leo "Sumisión", del siempre polémico Michel Houellebecq y, tengo que decir que, a diferencia de su anterior libro, el Premio Goncourt "El mapa y el territorio", me ha sorprendido el que apenas encuentro comentarios ni referencias pedantes. Si, claro, su alter ego sigue hablando de su polla ("modesta pero robusta, siempre me había servido fielmente"), de sus problemas diarios (lavabo embozado, Internet averiado, pérdida de puntos del carné de conducir, mujer de la limpieza deshonesta, error en la declaración de la renta), de su existencia corporal (migrañas, hemorroides, enfermedades de la piel, dolor de muelas), sigue insultando a sus compañeras de trabajo ("encogida y rechoncha, casi batracia") y evocando con resentimiento y acritud a sus ligues (llega a decir de una de ellas que es un pájaro cubierto de chapapote). Pero esta vez consigue recrear muy bien la vida universitaria y, a través del estudio de las novelas de Huysmans -y a ejemplo de éste- expresa su pesimismo por los/as jóvenes que acaban sus estudios ("están hipnotizados por el deseo de dinero" y "más aún por el deseo de demostrar su valía, de labrarse un estatus social envidiable en un mundo que imaginan y esperan competitivo"), por la imposibilidad de transmitir el saber ( según él, la diversidad de las inteligencias es extrema y nada puede suprimir ni siquiera atenuar esa desigualdad fundamental), por la vida política y por el creciente protagonismo en ésta de los movimientos musulmanes. Esta obra, más intelectual que la anterior, con una perfecta labor de traducción, buena puntuación, muchas referencias literarias y abundante pesimismo, se merece un 6 a pesar de que sea un autor con una misoginia tan evidente (hace decir a su protagonista que,"Nunca he estado convencido de que sea buena idea que las mujeres puedan votar, estudiar lo mismo que los hombres, acceder a las mismas profesiones, ecétera ").
Dicen que es solamente una novela de "política ficción", pero a mi me ha parecido el esbozo socioeconómico y político de un futuro inmediato, donde la sumisión es el terror en puerta.
Una novela muy curiosa, aunque para mi gusto no es de lo mejor de Houellebecq.
El autor galo siempre me sorprende gratamente.
Muy interesante.