Resumen y sinopsis de Dios no tiene tiempo libre de Lucía Etxebarria
Esta es una historia de intriga, de poder, de sexo, de amor y de humor.
Esta es una historia sobre lo que pudo ser y no fue, sobre lo que dejamos escapar en la lucha por conseguir algo mejor que quizá no lo fue tanto.
David, un actor que lo tuvo todo y lo perdió todo, recibe un encargo inesperado: visitar a Elena, que fue su novia de juventud, más tarde malcasada con un político corrupto, y que a día de hoy agoniza en una habitación de hospital. El encargo se lo hace Alexia, prima de Elena, millonaria cuya fortuna proviene de las inversiones inmobiliarias más o menos oscuras de su exmarido.
El reencuentro y las conversaciones entre David y Elena suponen un debate entre lo ético y lo estético, entre lo correcto y lo ideal. Y el cruce de seducción, engaño, mentiras y traiciones entre el trío David-Elena-Alexia saca a la luz lo mejor y lo peor de cada uno.
Esta novela analiza los mecanismos de la corrupción desde lo particular a lo general, desde las pequeñas corruptelas del día a día hasta las grandes tramas políticas. Pero habla sobre todo de amor, de redención, de la capacidad de elegir o de decir no. Y lo cuenta en una trama vertiginosa, llena de giros imprevistos y escrita con un lenguaje cargado a la vez de poesía e ironía.
Llorarás, te reirás, te excitarás y te escandalizarás. Y no podrás dejar de leerlo.
Dios no tiene tiempo libre es la historia de las apariencias, de las personas que prefieren no saber y no preguntar. Tres personajes que se mueven por el interés y el dinero. Tres personas con un mundo inestable, David, Alexia y Elena, tres ciegos obligados a mentir por mantener una farsa.
Se disecciona el sistema de la corrupción desde lo particular a lo general, pero habla sobre todo de la felicidad personal y de la libertad de elegir entre lo bueno y lo malo. La trama está llena de giros, humor y poesía, las medias verdades que cuentan los personajes se llegan a desvelar por completo.
El excelente dominio de la narrativa de Lucia Etxebarria proporciona a la lectura de este libro una excelente experiencia, hace reflexionar sobre el sentido de la vida, las causas de la corrupción y la libertad de buscar la felicidad.
Leo el último libro de Lucía Etxebarría, "Dios no tiene tiempo libre", en el que la escritora vuelve a insistir en el tema de las relaciones tóxicas al que ya había dedicado su anterior obra, "Tu corazón no está bien de la cabeza". Pero, en esta nueva novela, a pesar de que la autora escribe muy bien y las descripciones de los distintos personajes son muy completas, todo me parece metido con calzador y, algo me chirría ya que parece como si las características y comportamientos de los protagonistas no pegaran unas con otros; como sí la escritora tuviera unas notas previas y hubiera buscado después a unos personajes que encajaran en ellas. Y, tras un denso comienzo en la primera página, la autora -en este universo que veo prefabricado- conjuga temas tales como la malversación de dinero público, los chaperos, la cocaína, la hipocresía, la utopía del amor, las relaciones perjudiciales y la utilización de la pareja como práctica consumista, sin que yo consiga conectar con la novela. No sé si es porque no me creo las historias de amor (la de David con Caroline, la de David con Eva ni la de David con Elena), porque no me convence tanto desenfreno en matrimonios que pertenecen a la Orden del Opus Dei o si es el mal empleo del orden temporal el que no me permite apreciarla tanto como me hubiera gustado. De 4.