Resumen y sinopsis de Todo está bien de Daniel Ruiz García
Una noche de victoria electoral, un consejero de Fomento, bien situado para liderar el partido, eufórico y con exceso de alcohol, quiere rematar la noche contratando los servicios de una prostituta. Entre las brumas de la resaca del día siguiente, recuerda que ha perdido la cartera y el teléfono móvil, y que seguramente la prostituta era un travesti. Los mundos de ambos -el del tráfico de drogas, el proxenetismo, el de un periodista arruinado que conoce al travesti, y, por parte del político, el partido, su gabinete de prensa y la familia- van a colisionar por un azar imprevisto, y sobre todo por la intervención de un bloguero que quiere conseguir una noticia de impacto en las redes sociales.
Leo "Todo está bien", la primera novela de Daniel Ruiz García, quien elabora -supongo que gracias a su formación periodística- una sátira de nuestro sistema político manejando con soltura el mundo de los eslóganes y promesas, la teoría política, las capacidades y competencias de los miembros de una sede política, la realidad de los procedimientos negociados sin publicidad y los rostros bronceados de los burócratas, como retrato de una moderna y próspera España. Así, con varias tramas paralelas que terminan convergiendo al final, con un lenguaje vivo y atractivo (a pesar de que faltan dos preposiciones en los infinitivos: "deben ser frescos" en lugar de "deben de ser frescos" ya que no es una obligación sino una suposición), con unas frases larguísimas perfectamente puntuadas, con una narrativa contundente y con gráficas descripciones, el escritor destruye varias vidas de acomodo y sumisión, enseñándome lo que es el "planking" y manejando con soltura los recientes conceptos de memes y contenidos virales. Plural, divertida y crítica, de 5,5.
Es una novela corta que se lee en dos tardes. Aunque el meollo de la trama es un asunto muy trillado y de lo más actual (corrupción/escándalo político, etc.), me ha enganchado, que siempre es un logro. Los peros que le pongo son algunos detalles que a mí me parecen inverosímiles y no dejan de chirriar a lo largo de la novela, como el de dejar el coche en un descampado porque se queda cerrado con las llaves dentro (podría romper el cristal con una piedra, evitando tener que andar y buscar un teléfono, etc.), y la excesiva profundidad que se le da a algunos personajes para lo corta que es la novela. Pero me ha resultado entretenida y con un final resuelto satisfactoriamente, o más bien con coherencia sin nos atenemos a la actualidad política.