El lector del tren de las 6.27
Jean-Paul Didierlaurent-
Título original: Le Liseur du 6h27
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Editorial: Seix Barral
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Año publicación: 2015
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Temas: Narrativa
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Nota media: 8 / 10 (15 votos)
Reseña de El lector del tren de las 6.27
Este libro todavía no ha sido reseñado
Un libro sin pretensiones, que te aportará un buen rato de magia y evasión. Al estilo de David Foenkinos entrelaza la historia de varios personajes con una prosa correcta y adictiva y un relato original. Muy recomendable.
Estoy sorprendida con este libro. Comencé a leerlo por ser elegido por un club de lectura, pero no sabía nada de él. Cuando llevaba leído casi la mitad estaba, verdaderamente, harta. Me parecía surrealista, sin sentido, absurdo y sin argumento alguno; además de aburrido. Una vez decido dejar de leerlo, me doy cuenta de que he leído la mitad en muy poquito tiempo, aún así no me compensa segur. Unas horas después leo varias críticas en las que dicen que es un libro agradable y bueno, además de que su lectura es rápida. Vuelvo a cogerlo y comienza la historia de Julie. En resumen, el libro cobra sentido, es entrañable, sencillo pero con un bonito mensaje. Recomiendo leerlo y llegar hasta el final. porque deja tan buen recuerdo de sus personajes que su aparente sencillez y vanalidad cobra sentido en la segunda mitad del libro.
El libro empieza bien, con una historia interesante sobre un personaje que lee páginas sueltas a los viajeros del tren de la mañana. Pero hay poco más . Creo que tenía una base para una novela mejor.
Muy entretenida novela en el que prevalece el peso, la importancia, el valor, la riqueza que la lectura deja en las personas.
Con una lectura sencilla, con humor y con unos personajes acertados los cuales te harán devorar esta historia.
Muy recomendable para pasar un buen rato y para reflexionar sobre el valor de los libros y de la literatura en general.
Entretenido sin más.
Este libro es un ejemplo perfecto de una de las cosas que más me enfadan del mundo editorial. Te lo venden como una obra maestra contemporánea. "Una novela imprescindible" son las palabras que aparecen en la contraportada. Pero la realidad tiene mucho menos lustre y El Lector del tren de las 6.27 no deja de ser un mero entretenimiento que tiene poco que ofrecer, y deja menos aún al lector después de darle un repaso.
Su autor, Jean-Paul Didierlaurent, utiliza un lenguaje igual de anodino que su personaje principal. No obstante, puede que la forma de escritura sea correcta, aunque demasiado parca en cualquier recurso literario que pudiera mínimamente adornar el texto y mejorar la calidad general del libro. Pero la estructura es nefasta. No parece un libro completo, más bien una recopilación de fragmentos con el mismo protagonista. Esta manera de escribir deja un enorme regusto a improvisación. Como si el autor se dedicara a ir escribiendo lo que quiera, aunque no tenga relación con lo anteriormente escrito.
Gracias a su desarrollo fragmentado no puede decirse que haya una historia muy definida. Básicamente seguimos a Guibrando Viñol, un operario descontento con su trabajo de destrozar libros en una fábrica de reciclaje. El Sr. Viñol es además un poco excéntrico y se rodea de gente aún más rara que él. Pero esta historia tan banal esconde una crítica muy acertada del mundo editorial. Un terreno donde cada pocos meses se publican nuevos libros y se deshacen de los viejos. Así el protagonista se rebela contra ese mundo al salvar unas cuentas hojas del desastre y compartirlas con todos en el tren.
La historia en sí es original, pero acaba haciéndose lenta por la enorme cantidad de escenas superfluas. Las últimas 90 páginas son especialmente tediosas, salvo el final, que si bien es cierto que es un cliché típico de toda comedia romántica que se precie, por lo menos alegra el corazón con su conclusión tan bonita.
En suma, nos encontramos ante un libro más bien mediocre, en cuanto a cómo está escrito, pero que gracias a una increíble maquinaria de marketing ha logrado convertirse en bestseller. Aunque, claro está, una cosa es que un libro venda mucho y otra que sea bueno e interesante de verdad.
Una buena idea y mucho marketing pero poco más.
Muy bueno y muy original. Me ha gustado mucho, breve y fácil de leer.
Guibrando Viñol trabaja destruyendo aquello que tanto le gusta, los libros. Trabaja con "la cosa", algo que no le hace muy feliz. Aquellas hojas de los libros que rescata, le sirven de distracción en el tren, donde las lee a sus compañeros de viaje.
Hasta que un día encuentra un pendrive, que le descubrirá un nuevo mundo hasta ahora impensable para él.
Preciosa lectura la de este libro, el protagonista trabaja destruyendo lo que más ama, los libros, en una planta de reciclado, las páginas que se salvan de ese fatal final las lee cada mañana en el tren para disfrute de los viajeros.
El hallazgo de un pendrive hará cambiar su vida.
Gran novela, muy recomendable. De las de disfrutar.