Resumen y sinopsis de Un voluntario realista de Benito Pérez Galdós
"Un voluntario realista" personifica en "Tilín" el solsonés, Pepet Armengol, un movimiento nacido en la España fernandina, el levantamiento de los que consideraban a Fernando VII y su régimen como blandos y moderados. Tilín es otro de esos personajes cuyo paso de niño a hombre, en una existencia trabajosa y difícil, Pérez Galdós gustaba de trazar: nieto de un sacristán de monjas, recogido por ellas en su orfandad, y al fin voluntario realista en la agitada Cataluña de aquellos días.
El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él la totalidad de la compleja vida de los españoles (guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares) a lo largo del agitado siglo XIX.
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Episodio donde se narra la rebelión de los "Malcontents", rebelión absolutista en Catalunya. La novela es más floja y con un final decepcionante.
De los más flojillos que he leído de esta segunda serie, pero tiene unos destellos impresionantes. Por ejemplo cuando se refiere a como se ponen los “motes” o sobrenombres a las personas: "No se sabe cuál es la misteriosa ley que divulga los nombres postizos y los fija y los esculpe y les da una perpetuidad que en vano pretenden las sentencias más graves de los filósofos."
Espectacular también la parte en la que se justifica la guerra santa en nombre de la religión, y que por desgracia está tan de moda hoy asociada al Corán, en este caso se trata de la católica y no hace tanto tiempo: "Bueno es rezar; pero cuando el mal ha tomado proporciones y domina arriba y abajo, en el trono y en la plebe, ¿de qué valen los rezos?… ¿Por qué tantos ascos a la guerra? La guerra impulsada y sostenida por un fin santo es necesaria, y Dios mismo no la puede condenar. ¿Cómo ha de condenarla, si él mismo ha puesto la espada en la mano de los hombres, cuando ha sido menester?...La guerra contra infieles y herejes es santa y noble. ¡Benditos los que mueren en ella, que es como morir en olor de santidad! En el cielo hay lugar placentero destinado a los valientes que han sucumbido peleando por Dios". Que esto fuera pensado por parte de la población española de hace doscientos años pone los pelos de punta.
No es el libro que más me ha gustado de Galdós.
TAl vez porque narra unos acontecimientos históricos que desconocía.
El protagonista, Pepet Armengol, sacristán sin vocación religiosa, pero sí bélica, no me ha llegado a "gustar" tanto como otros personajes galdosianos.
La visión crítica de la religión propia del Galdós de esta época (finales de los 70') se refleja claramente en la obra.
El final, demasiado parecido al dickensiano de historia en dos ciudades (Galdós era un ferviente lector de Dickens, al que consideraba uno de los mejores escritores de su siglo).
En resumen, con ganas de seguir con los episodios de la serie, esperando que me gusten más que este que no deja de ser recomendable.