Resumen y sinopsis de El puñal de Jorge Fernández Díaz
Remil es un viejo soldado, excombatiente de las Malvinas que trabaja para el coronel Cálgaris en La Casita, uno de los departamentos más confidenciales de los servicios secretos argentinos y que no aparece en ningún mapa. Su moral es elástica y su ética se detiene allí donde lo ordena su jefe, como todo en La Casita, un lugar donde la ley es ambigua, impera el juego sucio, y donde todo vale para conseguir información con el objetivo de manejar a políticos, jueces, empresarios, actores o futbolistas. Él es el soldado perfecto, un héroe infame, como se llama a sí mismo, que se verá envuelto en una trama inédita de corrupción que afecta a las más altas esferas de la casa Rosada y traspasa las fronteras del país. “Así que eso somos, amigos. Ni héroes de corazón puro ni héroes cansados. Solo somos héroes infames. Aventureros sin moral en los desagües de este país lleno de gente honesta y desinteresada”. Cuando Remil recibe la orden de proteger a Nuria Menéndez Lugo, una abogada española que ha llegado a Argentina para hacer negocios y que está especialmente interesada en el sector vitivinícola del país, empieza su descenso a un infierno de violencia, manipulación y engaño. Porque “en esa foto personal e imaginaria, la dama blanca viste de negro y tiene las facciones duras y a la vez sensuales. Parece una asesina a sueldo, pero en realidad es una emperatriz provista de un puñal. Y resulta que ese puñal vengo a ser yo”. También es un camino hacia una atracción prohibida e imposible, la que siente por su esquiva y tiránica jefa, que acabará jugando en su contra y le llevará hasta el final de una historia que ni siquiera es la suya.
Ha participado en esta ficha: river18
Muy entretenida novela en la que se mezclan narcos, sicarios, marginalidad social, espionaje, corrupción, política y conspiraciones de todo tipo y nivel. El autor despliega un abanico de personajes secundarios (algunos de ellos formando parte de historias paralelas) a los que echará mano cuando la historia principal se ponga espesa y todas las puertas parezcan cerrarse para el personaje principal, un tipo duro de escasa sensibilidad, práctico, subordinado y leal, que utiliza la violencia y la intimidación como moneda de subsistencia cotidiana. El recurso mencionado es previsible pero es usado atinadamente y bien justificado en la trama. La novela es dura, violenta, cínica, muy "argentina" en lenguaje y temática y, si bien podría decirse que los personajes están bastante estereotipados, la historia es creíble y está muy bien construida. Está narrada en primera persona y en tiempo presente, lo que le agrega dinámica y dramatismo al relato, junto con la sensación de ser testigo presencial de todo lo que ocurre. Vale la pena, sin duda.
Buen fondo y bastante lógica, entretenida para pasar el rato, pero cierto que le sobran muchas páginas.
¿El puñal? Yo la titularía El churro. Es una novela trampa, de las que parecen, amagan, pero no son. La trama, dispersa, queda atrapada por la cantidad de información y documentación acumulada que el autor no sabe dosificar. El relato queda salpicado de pequeñas historias que parecen sacadas del archivo mundial del spaguetti western. Los personajes, falsos como Judas: un jefe de servicios secretos clandestinos que es, atentos, experto en Historia clásica y Arte; un protagonista masculino, imitador aventajado de Chuck Norris; y una prota femenina especie de paranoica Matahari a la española. La relación entre ambos, en fin, para olvidar... Lo peor de todo, sin embargo, resultó el metraje: le quitan unas 300 páginas y tal vez quedase algo interesante, porque contenido de interés sí hay...
Todo lo que se dice del argumento en las críticas anteriores es cierto, pero, además, El puñal es un ejercicio de estilo con un lenguaje puro y exacto que acompaña al texto como un personaje más, quizá el más importante.
Para un hablante español de España resulta delicioso que uno de nuestros colegas latinoamericanos vuelva a usar su español sin pretender que se entienda todo en todas partes, mala práctica que roba a la lengua una de sus mayores riquezas, con la excusa de quitarle trabajo al Trapiello del futuro. La lectura de este libro es un verdadero placer.
«El puñal» es un libro que necesitó 3 años de trabajo a este periodista que nos había acostumbrado a relatos más sentimentales.
Con "El puñal", el autor cambia totalmente de estilo, deja de lado lo sentimental para brindarnos una novela muy negra, estupenda, cruda, muy lograda y que será llevada al cine por Marcelo Piñeyro. La ficción-realidad de esta novela es trepidante y violenta alrededor de dos temazos : la política y el amor.
Es una novela de «malos contra malos» dijo alguien por ahí, lo que es exacto: Fernández Díaz bucea en el fango de la corrupción entre política argentina y narcotráfico. ¿ Quienes son los dos malos? Son Remil, el «héroe infame» que se formó en la guerra de Malvinas (el «hijo de remil putas» como le decía su sargento durante los entrenamientos), el «negro de mierda» como se auto-define, asignado a la protección de Nuria, una abogada gallega «inversionista» en Argentina, en realidad una ejecutiva que busca en Argentina los contactos necesarios al embarque de droga dura en proveniencia de Colombia. Nuria es una extraña mujer de carácter fuerte, comprometida con el lado «glamour» del narcotráfico, es decir, esa parte empresarial que se ocupa de negociaciones en barrios exclusivos y en Puerto Madero, en un ambiente jet-set. Ella no consume drogas, sus drogas son el shopping compulsivo y el sexo sin sentimiento.
Remil sirve de guardaespaldas a Nuria y le explica el peronismo a su manera: "la primera generación fue nacionalista, la segunda revolucionaria y la tercera rica". Nuria es una mujer protegida y al mismo tiempo inaccesible porque solo conoce el negocio de manera parcial, aunque su rol es importante. Por encima de ella están los capos del cartel.
Los dos malos vivirán una historia de amor violenta y desigual, un acoplamiento denodado de sentimentalismo: el sexo utilitario y usado para manipular. Pero Remil saldrá malparado con esta relación. «El puñal» es Remil, es la mano vengadora del sicario a sueldo, cruel e infame, pero de los dos malos, es el más sentimental.
El narcotráfico en Argentina consiste a enviar hacia Europa y Africa la droga camuflada, por ejemplo en esta novela, en miles de botellas de Malbec que serán nuevamente procesadas en Europa para extraer la droga del vino y luego integrar los circuitos de distribución. Las implicaciones de políticos, de funcionarios, de la policía, están a todo nivel. Jorge Fernández Díaz se escuda detrás de la ficción para darnos una versión de los hechos. Pienso que probablemente la ficción quede chica ante una realidad aun más horrenda y corrupta.
Una novela atrapante. Una ficción que tiene mucho de la realidad en la que vivimos, donde están presentes, los gobiernos, la policía, la justicia y por supuesto la corrupción que está presente en todas y cada una de las entidades que componen nuestra sociedad, en síntesis una ficción muy real.
Una novela muy interesante, cuando leí que Pérez Reverte la recomendaba me aseguré que no me iba a defraudar. Una historia que nos muestra la corrupción de la sociedad en que vivimos, incluyendo prácticamente todos los sectores.