Resumen y sinopsis de El Grande Oriente de Benito Pérez Galdós
"El Grande Oriente" toma su título del nombre de una activa sociedad secreta que intervino poderosamente en los acontecimientos que agitaron la vida política española en el "trienio constitucional" que fue de 1820 a 1823. En este periodo dominado por la proliferación de "clubs políticos" y "sociedades patrióticas", por una agitación política y social en la que siguieron encontrando caldo de cultivo los vicios ancestrales de la sociedad española, Salvador Monsalud continúa desgranando su azarosa trayectoria civil y sentimental.
El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo XIX.
Bastante flojo. Comienzan a ser insulsos y aburridos. Muy repetitivos en las tramas y los enredos.
Otra obra genial de Don Benito. Queda meridianamente claro los motivos por los que se producen los conflictos civiles: por acción, en este caso de los comuneros, al avivar al populacho o por omisión, en este caso los masones y el gobierno absolutista, al dejar hacer al mismo. Brillante el juego del autor con los protagonistas, sí en la primera serie a Gabriel todo le venía de cara (idealismo) a Salvador sólo le toca la cruz (realismo). Curiosa también la reflexión de la falta de líderes políticos según Galdós en todo el siglo XIX y aunque alguno tenía buena voluntad y eran honrados (muy pocos), el resto eran mediocres y trepas, vale la pena el pasaje en el que viene a decir que la reina Isabel la católica en la uña de su dedo pulgar tenía más capacidad política que cualquiera que se preciara de político en dicho siglo. Por último destacar los dos grupos de poder existentes en la época reuniones clandestinas: masones y comuneros como embriones de los grupos de poder, lobbies, club Bilderberg, etc... actuales.
nuevas andanzas de Salvador Monsalud, adentrándose entre comuneros revolucionarios y masones de la orden del título del libro.
Por una parte la ironía, rayando la mordacidad en las palabras de Galdós, son de lo mejor de la novela.
Por otra parte, la narración adolece de un ritmo poco dinámico que la hace aburrida y liosa a veces.