Resumen y sinopsis de Memorias de un cortesano de 1815 de Benito Pérez Galdós
En uno de los episodios más humorísticos, narrado por un personaje en quien resuenan ecos de la mejor tradición picaresca -Juan Bragas o don Juan de Pipaón, como él prefiere llamarse-, "Memorias de un cortesano de 1815" nos da acceso al estrambótico mundo de la corte de Fernando VII, dominada por groseros y avispados arribistas que hacen y deshacen, tiran y aflojan cada uno en la medida de sus posibilidades, según los peores usos de la monarquía absoluta.
El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo XIX.
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Retrato de la corte de Fernando VII y de sus corruptelas. La novela no es actual pero su política sí, poco ha cambiado esta en la historia de España.
Aunque el autor nos recuerda que ya había presentado a este peculiar personaje en algún episodio anterior, yo realmente no lo recordaba y es aquí donde realmente cobra protagonismo. Lo mejor ha sido la ironía de Galdós al contarnos las bondades y buen hacer de la monarquía absolutista a través de las memorias de este cortesano impresentable. Sin sorpresas, amiguismo, corrupción política y judicial, abusos de poder, hipocresía, mentiras. Un retrato de la sociedad española de hace más de doscientos años, aunque no parezca tan lejana.
Para mi el más flojillo de momento aunque no tiene desperdicio la crítica brutal que hace del reinado absolutista de Fernando VII y sobre todo de la vida cortesana de falsedad, tráfico de influencias, de mediocridad, de latrocinio,.... vamos que no hemos evolucionado nada y seguimos igual en España desde el punto de vista político.
Es un libro de lectura pausada, a ratos poco ameno. Nos presenta a un personaje ya aparecido en el anterior volumen, pero ahora como protagonista: Vargas, aquí llamado Paipaon.
En efecto se trata del típico arribista que gracias a su "ingenio", a su mal hacer, a sus tretas y a contar con buenos superiores, igualmente jetas y arribistas, llega a tener ciertas potestades en la esperpéntica administración del rey Fernado VII.
Eché en falta un poco más de ritmo y sobre todo muchos menos nombres de representantes de la época, que la verdad, se mezclaban en mi cabeza sin ton ni son.
Por supuesto, ello no quita que la prosa de Galdós sigue siendo "especial", por lo que seguiré leyendo otros episodios, confío en que más entretenidos.
Lo mejor del libro el discurso de Araceli (el de la primera serie) cuya inclusión está forzada, pero es la escusa de Galdós para dar su opinión sobre la nefanda administración de la época (habían pasado escasamente 60 años)