Resumen y sinopsis de Cuando éramos inmortales de Arturo Fontaine
Antes de la Reforma Agraria, en un colegio de curas a la antigua y en una familia con casa en Santiago y hacienda en la Cordillera, vive Emilio, un niño que es testigo de un orden social que se disuelve y de un mundo que pasa a la memoria.Emilio va rasgando las telas una a una, las terribles y las conmovedoras, todas las telas, y la vida se descubre sin orden ni trama, liquida, imprevisible, evanescente.
Son el dolor y la emoción originales, es la mirada del adulto que se cruza con los ojos del niño que fue, es el descubrimiento de la infancia como un tránsito fascinante que es profundamente humano y quizás divino.
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Cuando éramos inmortales es la segunda novela de Arturo Fontaine, de 1998; es un Bildungsroman o novela de aprendizaje, donde el protagonista, Emilio, trata de sobrevivir en la modernidad. La novela está narrada en primera y tercera persona, en presente y en pasado que se van intercalando en tono lírico o impresionista, pero con una sólida trama.
"Cuando éramos inmortales" es un libro extraordinariamente rico y profundo, inolvidable, sobre el doloroso aprendizaje del crecimiento de un ser humano.
Es la historia de Emilio Carvajal, un pre-adolescente de muy buena familia que vivirá dolorosamente el paso hacia la edad adulta porque tendrá que afrontar la separación de sus padres a la que él no entiende el fondo del problema, pero intuye muchas cosas. La descripción de la familia chilena burguesa de aquellos años (década 1960-70) es magistral: el miedo al qué-dirán; el rol jugado por los primos en el despertar de la sensualidad; el rechazo de la sociedad a las parejas separadas (el divorcio no existía en aquellos años) donde los «separados» no son recibidos por la familia, con el consecuente sentimiento de «desclasados»; el descubrimiento o más bien la sospecha de una vida sexual de los padres; el terrible desgarro cada vez que el muchacho atravesaba el umbral de cada casa después de un fin de semana alternativo (la casa de la madre y el departamento del padre), pero sobre todo el traumatismo con el acoso que los escolares pueden experimentar en un colegio privado de curas. La ley del silencio por miedo a las represalias, al deshonor, a la pérdida de una cierta inocencia que ha sido violada. Las vejaciones delante de los camaradas, llamadas «jarabe de membrillo» que no era otra cosa que varillazos en las nalgas hasta la sangre.
Iniciamos la novela con un pre-adolescente y la terminamos con la eclosión de una crisálida, preparada para afrontar las penas de la edad adulta con un primer amor. Un libro excelente.