Resumen y sinopsis de No llorar de Lydie Salvayre
No llorar empieza en el verano de 1936, en el inicio de la Guerra Civil. Arranca con el relato personal de la madre de la escritora, Montse, quien entonces era una joven de 15 años surgida de la Cataluña rural, tentada por la aventura libertaria y enamorada de un joven francés que le dará una hija, antes de casarse precipitadamente con un andaluz llamado Diego y de huir con él a Francia. Convertida en anciana de 90 años, transmitirá la historia familiar a su hija, narradora del libro.
Una de esas novelas que permanecen en el interior de uno días después de haber terminado el libro. Con un estilo ágil y, en ocasiones, mordaz, la autora retrata de manera sobresaliente la atmósfera retrógrada y asfixiante de un pequeño pueblo durante la Guerra Civil. Uno de sus puntos fuertes es la empatía que inspiran todos los personajes; la facilidad con la que el lector se mete en la piel de cada uno de ellos, lo comprende y compadece, aun cuando entre ellos existan enemistades: no es una de esas historias de buenos y malos. Los dos únicos fallos que encuentro son las intervenciones de Bernanos, un tanto reiterativas - aunque responden al carácter de la novela, que tiene mucho de las reflexiones personales de la autora - y el hecho de que la historia apenas se detenga en ese verano del 36 que maravilló a la protagonista y que la marcó de por vida, hasta el punto de ser el eje central de la historia.
Leo el premio Goncourt "No llorar" donde Lydie Salvayre, hija de exiliados republicanos (su verdadero apellido es Arjona), narra determinados acontecimientos de la juventud de su madre, Montse Monclús, en el año 1939 entre Lérida y Barcelona. Así, si bien la autora plasma correctamente los resentimientos y las envidias de varios personajes, no entiendo la razón de la mezcla del francés con el castellano en el habla de algunos, reflejado en el texto con la seminegrita (la gran mayoría de las veces son tacos, insultos y dichos populares); no comprendo la segunda trama (que nunca llega a converger con la primera sin que la escritora explique qué papel tiene en la narración aunque, supongo que pretende ser otra visión de una misma historia); no me gusta que al libro le falte un poco más de elaboración (la autora emplea frases como "Permaneció quince días en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer en las condiciones que sabemos", porque ¿quién lo sabe?. Yo, como lectora, no, desde luego); ni el empleo de tantos tópicos; ni el que confunda la muerte de Josep con la de Diego cuando dice en el mismo párrafo "Tres días después, enterraron a Diego,...La muerte de aquel...pasó a ser el añorado Josep"; ni tanto dato histórico metido a la fuerza; ni el recurso que repite por dos veces ("decía Josep, me dice mi madre"); ni el salto de la primera a la tercera persona sin justificación ni hilación alguna (de modo que no sé cuándo narra hechos que le cuenta su madre y cuándo contextualiza la narradora); ni el empleo de guiones,paréntesis, enumeraciones y reiteraciones al plasmar lo que le relata su progenitora pues nadie habla así y el libro termina pareciendo un tratado acerca de los avatares de la contienda; ni el mal encadenamiento de los hechos que se suceden adelante y atrás sin lógica entre 1939 y 2011 (habla del padre pareciéndome que está vivo cuando ha muerto 17 años atrás). Quizá para el público francés el libro merezca un premio pero a mí -a pesar de que está bien puntuado y tiene muchas frases cortas que hacen ágil su lectura- me parece que tenemos muchos/as autores patrios que han relatado con más sentimiento y acierto esa contienda. De 3.
El galardón famoso de la literatura francesa, el "Goncourt", fue entregado en 2014 a la novelista Lydie Salvayre por la novela No llorar. Personalmente fue muy decepcionada por el libro. Me parece que lo más positivo es el juego de la autora que transmite al lector las palabras de su madre, una española exiliada a Francia a fines de la Guerra Civil, que habla un francés españolizado, a ratos muy divertido. Cuenta cómo el verano del 36 descubrió las ideas libertarias en la Barcelona revolucionaria. Si no fuera por el contexto, del que por otra parte la novela no dice nada nuevo, la historia tendría poco interés. Está bastante mal escrita y coloquial, aunque a veces el estilo se vuelve pedante sin que sepamos por qué. Las referencias recurrentes a Georges Bernanos y su obra Los grandes cementerios bajo la luna, algo gratuitas, no bastan para elevar la narración. Dicen que fue uno de los mejores libros franceses publicados en 2014, pero seguramente no es el mejor sobre la Guerra Civil.