Resumen y sinopsis de El imperio de Yegorov de Manuel Moyano
En 1967, una atractiva estudiante de antropología llamada Izumi Fukada contrae una extraña enfermedad en la isla de Papúa Nueva Guinea mientras forma parte de la expedición japonesa que busca a la tribu perdida de los hamulai. Este episodio trivial es el primer eslabón de una imprevisible cadena de acontecimientos que prosigue en Japón, salta a los Estados Unidos y termina alumbrando, setenta y cinco años después, una pesadilla distópica a escala planetaria.Manuel Moyano goza ya de un gran prestigio como escritor de relatos. Ahora, con El imperio de Yegorov, el lector se deleitará también con su singular e imaginativo talento como novelista. Resulta revelador que los derechos de traducción de esta novela hayan empezado a venderse ya a partir del manuscrito.
Leo la novela finalista del 32º Premio Herralde de Novela, "El imperio de Yegorov" que el escritor cordobés Manuel Moyano elabora con una atractiva estructura pues a modo de making of, un ente desconocido llamado "los editores", me hace partícipe -en su "nota preliminar" y en los "agradecimientos"- de que el volumen está formado por los 32 documentos que, recopilados a lo largo de 5 años de laboriosa investigación, ordenados cronológicamente y acompañados de un índice onomástico, conforman la historia de cómo las larvas infecciosas de Yashirum fasciola llegaron a los Estados Unidos y de cómo se gestó la sintetización de la elatrina. El autor, mezclando diarios personales, correos electrónicos, informes médicos, sms, grabaciones, conversaciones telefónicas y noticias periodísticas, crea una obra atractiva, moderna, innovadora y caústica acerca del poder y del anhelo de la inmortalidad. Y, a pesar de que le supongo una exhaustiva labor de corrección y síntesis, al consignar en el índice onomástico las fechas de nacimiento y defunción, me sorprende el que la mujer del doctor, Noriko (Osaka, 1934-Osaka, 1989), sólo tuviera 12 años cuando engendró a su primogénita Himiko (Osaka, 1946.Matsuyama, 2031). Un gracioso divertimento de gran talento, de 7.
Novela breve portadora de una buena serie de méritos y, sobre todo, deméritos. Entre los primeros, un planteamiento excéntrico de un tema clásico (el logro de la eternidad), una estructura original, un ritmo con la velocidad y dosificación adecuadas y un índice onomástico a modo de capítulo final que le aporta un cierto nivel a la obra. Entre los segundos, además del mediocre tono literario general: las múltiples voces resultan utilizar un estilo casi idéntico de expresión, fallo garrafal en mi opinión y demasiado frecuente en la literatura contemporánea; un primer capítulo bastante penoso (el diario de una situación extraordinaria a la cual no se extrae más partido que el indispensable para el devenir de la historia); un segundo capítulo, cruce de cartas, no menos lamentable; unos informes de investigación que jamás elaboraría, lo juro, ninguna agencia de detectives del mundo; una carta inverosímil a un hermano, y juro también que jamás se escribió una carta así, con esa narrativa detallada y estilo tipo relato (mucho menos en el momento en que se redactó); unos correos electrónicos para troncharse impropios del año 2025 y sobre materias ultrasensibles; un ridículo intento de engaño tratado de una forma aún más desacertada; el propio hecho de que un proyecto de tal magnitud y con señales externas tan obvias no se desvele más que pasadas varias décadas y, en resumen, un desarrollo de la historia más propio del segmento juvenil que otra cosa. Sin embargo, para mi perplejidad, la obra ha recibido el favor de la crítica y del jurado del último Premio Herralde. Cousas veredes y más que habrá, me temo.
Me lo he leído en un par de horas. Me resulto muy muy entretenido. Está contado casi "epistolarmente" es una recopilación de diarios, artículos, e-mails, etc.
Además de pasar una tarde genial leyéndolo, creo que se va a quedar mucho tiempo en mi memoria, no es de esos libros que a los dos días ya no te acuerdas de que trataban.