Resumen y sinopsis de Verano de miedo de Carlos Molinero
Cuando su madre le dice que tiene que pasar el verano derritiéndose en Vega Alta, el pueblo de su abuela, el primer pensamiento de Juan es que va a morirse de aburrimiento. Pero la construcción de unos chalés a las afueras desentierra a una criatura sedienta de sangre que hace que el aburrimiento a partir de ese momento sea imposible. Lo de morirse ya es otra cosa. Juan se enfrentará a la amenaza vampírica junto a Eva, una gótica obesa, y Jairo, un ex niño de San Ildefonso beato. Ante su inferioridad de condiciones decidirá utilizar la información como arma, así que empezará a escribir en su blog todos los hechos terribles que están ocurriendo en Vega Alta. Con esto sólo conseguirá llamar la atención de alguien: el vampiro resucitado, que tiene un plan para Vega Alta difícil de imaginar...
Verano de miedo, es, en esencia, un intento de reconversión del género vampírico. Aunque, tal vez, usar el verbo reconvertir sea un poco exagerado. El caso es que, sea lo que sea esto, se quedó en eso, un nefasto intento de hacer algo “diferente” mezclando vampiros y adolescentes (¡oh! ¡qué original!) que ni siquiera logra entretener a un lector medio.
Nunca había oído hablar de Carlos Molinero. Y, por supuesto, no había leído nada suyo. Quizás sea el tema, pero no me ha parecido un gran escritor. Aunque puede que eso se deba a la necesidad constante de imitar el estilo de escritura de un chaval de 17 años, no demasiado diestro con las palabras. Eso hace que la forma de escritura de Molinero sea la clásica de una novela orientada hacia el público joven, simple y dinámica, gracias a un lenguaje pragmático sin ningún ornamento literario, ni descripciones elaboradas. Por otro lado los personajes son horrendos. Construidos de forma superficial y con personalidades que oscilan entre locos e idiotas, pasando por los tontos de remate, no resultan mínimamente atractivos para el lector.
Otro punto negativo es la estructura del libro. Resulta confusa, ya que utiliza un método indirecto para contar la historia, a través de entradas de blog y páginas de diario o cartas, combinado con informaciones tan dispares como programas de fiestas locales, noticias o manuales de instrucciones de aparatos del que, hasta varias páginas más adelante, no conoces su función. Este cóctel consigue despistar al lector y embarullar una trama que, a priori, es previsible y más sencilla que el mecanismo de un chupete.
Verano de miedo tiene una historia que podríamos ver en cualquier mala película de terror. Y empieza de la misma forma. Juan, un chico de 17 años, llega al pueblo de su abuela a pasar el verano. Y como no está demasiado contento, vierte sus opiniones perversas en un blog, con el elocuente título de otro verano de mierda, donde nos va describiendo el pueblo y la fauna que vive en él. Así, conocemos a Eva, la chica obesa y con problemas de olor, hermana de la ti más buena del pueblo y, por lo tanto, objeto de burla y humillación por casi todo el mundo, y a Jairo, amigo de Eva. Y la cosa seguiría igual si no fuera porque aparecen diversos cadáveres mutilados cerca de una urbanización que se está construyendo. Tras ser testigos de un “accidente”, Juan y sus amigos empiezan a sospechar que puede ser otra cosa, más malvada que una jauría de perros salvajes. Y es entonces cuando el vampiro enterrado en la urbanización hace su aparición, desarrollándose una trama burda, predecible y bastante pesada. Ni siquiera las pocas escenas de acción son capaces de mejorar una historia que, ya desde el comienzo, hace aguas. Y eso sin contar el horrible desenlace, abrupto, estúpido y, obviamente, abierto.
Resumiendo, verano de miedo, es una novela totalmente prescindible que lo único que consigue generar es risa. Es tan mala, que sorprende que haya sido ganadora de un premio. No obstante, si queréis pasar un rato agradable y partiros de risa de la mano de un adolescente, más imbécil de lo normal, esta novela puede ser una opción a tener en cuenta.