Floja obra que sólo redunda una y otra vez en lo sacrílego y pecaminoso. Es la historia del terrateniente Don Juan Manuel Montenegro más anticlerical dentro de la producción de Valle-Inclán. Desde el principio vemos oponerse al adusto protagonista en contra del Abad y del Sacristán, invocando incluso para sí la figura del diablo. Lo aburrido viene dado porque es más palabrería que hechos lo que se muestra, a la vez que me tuvo pegado al diccionario, puesto que hay una interminable retahíla de palabras que no se entienden (arcaísmos, galicismos, cultismos...).
Floja obra que sólo redunda una y otra vez en lo sacrílego y pecaminoso. Es la historia del terrateniente Don Juan Manuel Montenegro más anticlerical dentro de la producción de Valle-Inclán. Desde el principio vemos oponerse al adusto protagonista en contra del Abad y del Sacristán, invocando incluso para sí la figura del diablo. Lo aburrido viene dado porque es más palabrería que hechos lo que se muestra, a la vez que me tuvo pegado al diccionario, puesto que hay una interminable retahíla de palabras que no se entienden (arcaísmos, galicismos, cultismos...).