Resumen y sinopsis de Niveles de vida de Julian Barnes
«Juntas dos cosas que no se habían juntado antes. Y el mundo cambia. La gente quizá no lo advierta en el momento, pero no importa. El mundo ha cambiado, no obstante.» El libro arranca con esta reflexión y en efecto reúne tres historias aparentemente inconexas que acaban mostrando secretos y sutiles lazos. Niveles de vida habla de la aventura de vivir, de los retos imposibles, del amor que todo lo desborda y del dolor de la pérdida. Y lo hace entretejiendo tres piezas independientes. La primera nos habla de los pioneros de la conquista del cielo con los globos aerostáticos y de las iniciales tentativas de fotografías aéreas realizadas por Nadar, aspirando a ser el ojo de Dios. La segunda historia retoma a un personaje de la anterior, el coronel británico Fred Burnaby –bohemio, aventurero y viajero, que murió en Jartum–, del que se relata su pasión por la legendaria actriz Sarah Bernhardt. La tercera parte salta en el tiempo del siglo XIX al XX y de las historias ajenas a la propia: la muerte de su esposa. No es la primera vez que Julian Barnes experimenta con las formas literarias. En este caso la ruptura con la narrativa más tradicional está al servicio de una aventura literaria de gran calado: indagar, huyendo del sentimentalismo, en el dolor causado por la pérdida del ser amado, adentrarse con las armas de la gran literatura en el territorio de la aflicción. El resultado es un libro deslumbrante, que rompe las barreras de los géneros y consigue una hondura y una belleza iluminadoras.
Leo "Niveles de vida", la nueva novela que Julian Barnes divide en tres capítulos, encabezados todos ellos por un mismo lema (juntar cosas y/o personas que no se habíán juntado nunca ). Así, en el primero, titulado "El pecado de la altura", me habla de hombres y mujeres empeñados en convertir, de pronto, lo subjetivo en objetivo; esto es, los globos aerostáticos y la fotografía. En el segundo, llamado "En lo llano", me acerca a la búsqueda que Fred Burnaby y Sarah Bernhardt, (dos de los globonoicos anteriores) hacen uno del otro, como personas incompletas que dice que son. Y en la tercera, "La pérdida de la profundidad", soy testigo de la historia de aflicción que vive el autor tras la pérdida de su mujer, de la desorientación que sufre y de sus ideas de suicidio. No estoy de acuerdo con las críticas que dicen no comprender la conexión entre las partes, ya que las veo perfectamente enlazadas, además de, con el mismo lema que las presenta, con la presencia de las figuras de Fred y Sarah y con el simbolismo lógico que tienen en la relación amorosa: de lo alto -en el principio-, pasas a lo llano y, al final -ya sea por ruptura del vínculo o fallecimiento de un miembro- el sónar de la vida se rompe y no sabes a qué profundidad "se encuentra el fondo del mar". Impecable lenguaje, mucha documentación, atrayente lectura y sentido reflexivo, me permiten dar a esta obra, un 6.