Resumen y sinopsis de Espectros de Henrik Ibsen
Obra de teatro estrenada en Chicago, que sigue la historia de Helen Alving, que está abriendo un orfanato que ha financiado con la muerte de su esposo. Según lo que ella le dijo al Pastor Manders, el capitán Alving era tan inmoral que ella quería destinar ese dinero para eso, y que no quedase nada para su hijo Oswald, que sufre de sífilis.
Henrik Ibsen nació en 1828 en Noruega y murió en 1906. Fundó el teatro en prosa moderno que trata temas difíciles. Esta obra es un comentario mordaz sobre la inmoralidad del siglo XIX que se mantiene fuera de la vista de la comunidad local. La obra causó indignación en todos los lugares donde se jugó, pero sólo más tarde ganó fama, allanando el camino para Chéjov y Shaw. Es considerado un filósofo social e inventó un nuevo tipo de obra que eliminó los efectos teatrales habituales.
Ha participado en esta ficha: Emanuel BG
"SEÑORA ALVING.- En nosotros no sólo corre la sangre de nuestro padre y de nuestra madre, sino también una especie de idea destruída, una especie de ciencia muerta. Es algo que no vive, aunque no por eso deja de estar en el fondo de nosotros mismos, y nunca conseguiremos escapar a su acoso."
Drama con un fuerte componente psíquico que relata la tragedia familiar de la familia Alving, sumida en una situación desesperada producto de ciertos manejos de bienes y de una verdad semioculta de la viuda Elena Alving, la cual se irá revelando poco a poco en sus diálogos con el pastor religioso Manders, desafiando a su vez las reglas sociales y morales que el reverendo pretende seguir imponiendo a la desdichada viuda. La llegada desde París de Oswald, hijo de Elena, sumido en cierta melancolía y aquejado de una enfermedad, además de pretender a Regina, criada de la casa que a su vez forma parte, sin saberlo, de aquellos secretos ocultos de Elena, completa una trama en la que están presentes los prejuicios, los convencionalismos, los remordimientos y el temor a repetir errores del pasado, cual "espectros" que acorralan y reprimen la liberación personal, atenazada también por "tutores del alma" (bien satirizados por Ibsen en la figura de Manders) con pretensiones de decidir el destino de las personas.
El autor deja un final abierto, con una interpretación de gran carga simbólica y acorde con el espíritu de la obra. Uno de los clásicos del gran dramaturgo noruego.