Resumen y sinopsis de El tambor de hojalata de Günter Grass
El tambor de hojalata fue considerado de difícil lectura cuando se publicó en 1959. El tiempo le ha otorgado la facilidad de las obras maestras, la indiscutible afirmación de su propio genio, la talla enorme de su desmesurada inventiva, la clara penetración de su crítica cruel, casi masoquista ( de alemán sobre Alemania). La historia de Óscar, el pequeño que no quería crecer, es uno de los símbolos literarios más entrañables de nuestro tiempo. El tambor de hojalata es, sin ninguna exageración, uno de los libros que el siglo XX dejará en la Historia de la Literatura. Nadie sabrá leer nuestro presente sin haberlo leído.La crítica mordaz, la ironía despiadada, el espectacular sentido del humor y la libertad creadora con que Günter Grass construye esta obra maestra convierten a El tambor de hojalata en uno de los títulos más destacados de la historia de la literatura.
Ha participado en esta ficha: alejandrix
Posiblemente uno de los mejores libros de la historia, aunque no para todos los públicos. Me reí toda la obra con el humor negro del autor y encontré la historia fascinante.
No esperen la estructura clásica de la novela porque no la van a encontrar... es más bien un fragmento de vida que se ubica entre el periodo entre guerras y la Segunda Guerra mundial. Una obra maestra.
A mí en lo particular no me gusto para nada, se me hizo muy difícil acabarlo y nunca pude entender de que iba la cosa, pero algo tendrá que en general esta bien valorado, cuestión de gustos.
La historia iba bien, con altibajos que le hacían a ratos interesante pero predominantemente tediosa. Creo que el autor se detiene en la descripción de escenas sin relevancia que únicamente suman páginas. No pude terminarlo, quizá en una segunda ocasión.
No es fácil enfrentarse de buenas a primeras con esta extensa obra que narra la historia de un niño que no crece y que relata su vida y la de su familia en medio de la segunda guerra mundial; una novela que por muchos pasajes parece tediosa y hasta aburrida pero que encierra un gran simbolismo en medio de sus paginas, en mi caso logré cogerle agrado al tercer intento y terminarla de manera satisfactoria, creo que la volvería a leer con gusto.
No me hizo mucho, no empatice ni me metí e la historia.
Siento decir que es un libro que no me ha gustado en absoluto, debe ser por mi torpeza para entenderlo, y he sentido alivio cuando por fin he cerrado sus tapas.
¡Qué decir de un libro que ya he visto incluido en varios listados de las mejores novelas de todos los tiempos! Es una obra soberbia que te atrapa desde el principio, aunque no la considero de fácil lectura.
El libro constituye una dura reflexión sobre una época terrible (la primera mitad del siglo xx en Polonia-Alemania, pero, especialmente, el periodo de Entreguerras y la Segunda Guerra Mundial), es también una denuncia del nazismo y un magnífico ejercicio literario, que incluye guiños y homenajes a Cervantes, Shakespeare, Goethe y Dostoiveski). Me quedo con el primero de estos guiños: Grass compara la contraofensiva polaca de septiembre de 1939 -de la caballería- frente a la invasión alemana de Polonia -con tanques- con el episodio de Don Quijote y los Molinos de Viento.
En resumen, literatura imprescindible.
Lo intenté leer varias veces pero no lo logré. Simplemente no me atrapa. Me cansa un poco leer 700 páginas escritas por Oscar.
Llama la atención la inaudita capacidad del autor para entrelazar diferentes situaciones, anécdotas y personajes a lo largo de los años, a través de la voz del protagonista, la cual se desdobla veces en varias personas narrativas, poniendo al mismo nivel la vivencia autobiográfica y la perspectiva distanciada. Novela densa, en clave de fábula, difícil, saturada de además de nombres propios de pueblos, calles y ciudades de Alemania y Polonia, y con numerosos elementos grotescos, crípticos, absurdos, líricos, aparentemente gratuitos y a menudo inconexos.
Son cerca de 800 páginas que me han transmitido más bien poco, me falla la fundamental comunicación entre autor y lector. Me temo que no he sabido entender el humor del autor, tampoco las metáforas que expone sobre su país, la guerra, el nazismo, la culpa, o lo que sea... y he terminado de Oskarcito y de su tambor hasta las narices.
A este libro le sobran muchas páginas.
Nos muestra la curiosa ciudad de Dancing, que ha estado en manos polacas o alemanas en esa Europa convulsa de entreguerras.
Su originalidad radica en un niño que no quiere crecer, y que tras un supuesto accidente lo consigue.
Su madre juega a dos bandas: por un lado con su supuesto padre, y por otro, con un primo suyo que trabaja en una estafeta de correos.
La novela tiene un buen desarrollo hasta la llegada del frente ruso y la muerte de su supuesto padre.
Después, se convierte en algo denso, pesado y repetitivo, que carece de interés.
Creo que la dan más valor e importancia de la que se merece.