Resumen y sinopsis de Espartaco. Rebelión de Ben Kane
Un poderoso ejército de esclavos, encabezado por Espartaco, ha arrasado con cuanto ha hallado a su paso, consiguiendo dispersar a las legiones de Roma. Ahora, Espartaco marcha hacia los Alpes y la libertad. Pero las nubes de tormenta empiezan a asomar en el horizonte. Craso, el hombre más rico de Roma, ha reunido un ejército formidable para luchar contra Espartaco, quien ahora oye murmullos de rebelión en el seno de sus propias tropas.Ha participado en esta ficha: Oscar326
Con el mismo tono que el primer libro, observamos cómo Espartaco y su cada vez mayor ejército van acometiendo victorias contra las legiones romanas, a la vez que van ganando en popularidad. Las escenas de lucha están muy bien detalladas, así como los pensamientos del héroe. Si te gustó el primero, este te gustará también.
Continuación y final de las aventuras de Espartaco. En la misma línea que el primer volumen, acción rápida, fácil lectura que engancha. No defrauda. Sí que me ha parecido más sangriento y duro que el anterior.
Sigue el interés y la intriga en esta segunda parte. La parte más violenta y sanguinaria de la biografía de Espartaco y sus esclavos, que llegan hasta los Alpes para ir libres a Tracia, tierra natal de Espartaco, pero sus compañeros líderes como Crixo (20 000 hombres) no quieren salir de Italia, y prefieren seguir con el pillaje y violaciones entre las aldeas vecinas. Estos empezaron a actuar de forma independiente, pero Crixo no tenía la habilidad estratégica de Espartaco, por lo que el ayudante del cónsul Gelio, el propretor Arrio, los interceptó y aniquiló en Apulia, cayendo el mismo Crixo en el combate. Espartaco regresó al sur con los que le quedaban, con intención de cruzar el mar Adriático y desembarcar en Grecia o Iliria, sobornando a los piratas. Pero enterado Marco Licinio Craso convoca al Senado, que le nombra procónsul con mando sobre diez legiones para acabar con la rebelión.
Esta segunda y última entrega sobre Espartaco ciertamente es buena, quizá muy buena, pero no tanto como su antecesora. Le ayuda mucho el ser la culminación, el clímax de la historia. Pero honestamente este segundo libro no alcanza, ni se aproxima siquiera, a la redondez del primero, el cual tiene un ritmo implacable que te mantiene al borde del asiento, siendo imposible dejarlo de leer, lo que no sucede con éste (salvo en las últimas 200 páginas). La presente entrega como que tiene momentos muy flojos, lo cual es de esperarse, pero no a tal grado, de igual forma contiene varios pasajes que se me antojan sólo de relleno para alcanzar la misma cantidad de páginas que la primer novela. A pesar de ello, le otorgo una alta calificación por algunos pasajes muy bien logrados, como por ejemplo la incursión al interior de Roma (ciudad capital), por parte de Espartaco y Carbo, así como su regreso al campamento, episodios los cuales están de diez; pero, sobre todo, cabe destacar las últimas 200 páginas, las cuales están a la altura del primer libro, además de que, como ya se esperaba, el final es bueno, aunque no demasiado. Novela muy recomendable, desde luego para cerrar la historia, pero en definitiva yo me quedo, y por mucho, con el primer volumen.
Dura, durísima me ha resultado la lectura de esta segunda entrega. Dura en cuanto a la acción, a la convivencia diaria de miles de esclavos emancipados, a la lucha encarnizada y la violencia desatada. Aun conociendo el final de la historia he tenido la esperanza hasta el último momento de que el tiempo regresara y el desenlace de esta gesta histórica de alguna forma pudiera ser cambiado. Que la historia se hubiese equivocado, que el Imperio hubiera claudicado, que Espartaco hubiese regresado a su amada Tracia. Pero la historia no perdona, los hechos son los hechos y su apoteótico éxodo terminó como se esperaba. Ben Kane saca a relucir su profundo conocimiento y su atracción por Roma traduciéndolo en una gran novela. Una novela muy vivida, muy creíble, muy sentida. Que puedo agregar más que recomendar su lectura y seguir de cerca los pasos de este gran escritor.