Resumen y sinopsis de Cuentos completos de Carmen Martín Gaite
No sigue criterios cronológicos, sino que se ordena en torno a los temas habituales de la autora: el desgaste de la cotidianidad y la rutina, la oposición entre pueblo y ciudad, las primeras decepciones infantiles, la incomunicación, el desacuerdo entre lo que se hace y lo que se sueña, el miedo a la libertad. El universo femenino asume el protagonismo de ese malestar indefinible y profundo que crean la carencia de amor y la búsqueda de la identidad.
Horriblemente aburrido, Cuentos completos es una antología de cuentos costumbristas cuyo principal defecto es el de resultar soporífero, extenso y vacío completamente de contenido. Hay que tener en cuenta que la selección la ha llevado a cabo la propia autora. Y, quizás, esto pueda explicar el porqué de la uniformidad en el tema de los cuentos.
La autora de este horror literario es Carmen Martín Gaite, escritora muy reconocida en mi país, España, y perteneciente a la Generación del 50 a la que pertenecieron Aldecoa o Ferlosio, entre otros. Me fastidia reconocerlo, pero Gaite es una escritora excelente, pero mantiene ese estilo de escritura tan afectado y enrevesado, aunque con gran elegancia y una ejecución magnífica. Todo ello lo consigue gracias a una prosa lentísima pero muy compleja y con un desarrollo maravilloso, un lenguaje muy rico y profundo, escogido con esmero y unas descripciones hipnóticas y detalladas que te permiten entrar de pleno en las narraciones.
No hay demasiado misterio en un libro titulado Cuentos completos. Es obvio que estamos ante la totalidad de cuentos (hasta el momento de publicación de este libro) de su autora, Carmen Martín Gaite. Pero es que además, Gaite ha seleccionado la colocación de dichos relatos, no en orden cronológico, sino en el que ha resultado de su propio gusto. Algo que resulta nefasto puesto que el primer relato, Variaciones sobre un tema, es completamente horrible. Pero antes de puntualizar brevemente cada narración, unas cuantas consideraciones generales. Gaite escribe un tipo de novela costumbrista, en el que los elementos, las escenas y los personajes cotidianos son las estrellas de la narración. Posee una excesiva afición por la descripción de ambientes y una obsesión por las puertas y ventanas. Todo esto configura un texto vacío de contenido que, salvo casos muy excepcionales, resulta extremadamente tedioso. Los cuentos son exactamente iguales. Comienzan y acaban de la misma manera, en una niebla difusa de la que jamás sales. Pero el punto positivo es que retrata a la perfección una España que ya no existe salvo en el recuerdo de nuestros mayores. Así sus cuentos nos hablan de la vida de este país entre los años 50 y 70 y se mueve en márgenes francamente estrechos. Hay además un elemento común en la mayoría de sus relatos. Sus personajes están inmersos en una cotidianeidad que les ahoga y les hace tremendamente infelices. Entonces cuando surge un cambio o la oportunidad de realizarlo, les entra un miedo pavoroso y vuelven a su inmovilidad anterior. Este patrón es francamente irritante y la principal razón por la que el lector tiene esa sensación de que comienzo y final sean muy similares. Esto ocurre por ejemplo en La oficina o en Un día de libertad.
En definitiva, Cuentos completos es una lectura pesada que deja una enorme sensación de haber perdido el tiempo con el libro y con la autora del mismo. Tampoco invita a embarcarse en la lectura de las demás novelas de Gaite. Más bien lo contrario. Eso sí, tiene un inestimable valor como somnífero. Es empezar su lectura y te entra un sueño enorme. Es la única utilidad que le veo a estos cuentos completos.