Resumen y sinopsis de Tres crímenes rituales de Marcel Jouhandeau
Este libro escrito en 1962, uno de los más breves de Marcel Jouhandeau, es, sin embargo, uno de los más intensos y lúcidos de su producción. El volumen, de aires gideanos, recoge reflexiones sobre tres de los crímenes más célebres y horrendos de su tiempo: el de los amantes de Vendôme, en el que Denise Labbé mata a su hija a causa del amor que profesa a su novio, acusado de ser el instigador; el proceso del doctor Évenou, un personaje diabólico que asesina a su mujer valiéndose de su sirvienta, Simone Deschamps, tras poner en escena una especie de ritual macabro; y el crimen del cura de Uruffe, un hombre atrapado y vencido por sus pasiones y fantasmas, quien, tras matar de un tiro a su amante, le abre el vientre y desfigura al hijo que esta llevaba en su seno.
Este libro aborda tres crímenes que fueron célebres en su momento, ocupando los titulares de los diarios franceses en la década de los cincuenta, y atrayendo la atención de escritores como Jean Cocteau, Marguerite Duras o Claude Lanzmann, entre otros. El primer caso, Los Amantes de Vendome, se centra en un homicidio cometido por una mujer por sugerencia de su amante, quien fue condenado a una larga pena sin haberla obligado ni forzado a hacer nada, pero que fue considerado como determinador del crimen. El segundo caso, El proceso Evenou-Deschamps tiene que ver con un sujeto que experimentaba cambios súbitos en sus patrones de conducta y lo llevaron a cometer actos que su esposa no toleró. Y el tercero, El crimen del cura de Uruffe, cuenta la historia de un sacerdote tratando de ocultar el embarazo de una joven ingenua a la que supo enredar. No los considero spoilers, puesto que en la introducción al libro, el prologuista Eduardo Berti cuenta estos detalles e incluso otros más.
Una narración bien estructurada y un análisis bastante interesante de parte de un escritor muy controvertido, que fue señalado en su momento de antisemita y colaboracionista, que vivió permanentemente con conflictos que enfrentaban a sus impulsos homosexuales con su formación mística y religiosa, y que influyó y fue admirado por grandes escritores como Walter Benjamin, Jean Genet o André Gide.