Resumen y sinopsis de Nada es verdad, todo está permitido de Servando Rocha
La leyenda cuenta que «Nada es verdad, todo está permitido» fueron las últimas palabras que pronunció antes morir Hassan-i Sabbah, mítico líder de la antigua y oscura secta de Los Asesinos. William Burroughs, obsesionado con éste, aseguró que la frase era una contraseña mágica: «Se dice que un iniciado que desee conocer la respuesta a cualquier pregunta -afirmó en una de sus obras- sólo necesita repetir estas palabras cuando se duerme y la respuesta llegará en un sueño». A comienzos de los años noventa, el escritor seguía considerando a Sabbah como uno de sus mentores. Su escandalosa vida y la radicalidad de toda su obra lo habían convertido en un símbolo para rebeldes y anarquistas, llegando a ser uno de los precursores ideológicos del movimiento punk. Entonces, el mundo se rendía ante Nirvana, considerada la última gran banda de rock and roll y Kurt Cobain, su cantante, el profeta de una nueva generación.En Nada es verdad, todo está permitido. El día que Kurt Cobain conoció a William Burroughs, desfilan viejos cantantes de blues como Son House, Robert Johnson o Skip James, junto a la permanente sombra del gran Leadbelly, el legendario ladrón Jack Black, la historia del forajido William Quantrill o la figura de los falsos predicadores. El libro es un recorrido por una parte importante del siglo veinte, centrándose en las conexiones entre dos de sus principales héroes (Burroughs y Cobain) e indagando en la relación entre música y subversión, arte y rebelión. En sus páginas, escritores outsiders, músicos y artistas oscuros, comparten un mismo fuego y bailan en torno a la figura de Burroughs, quien parece hablarles, como si fuesen ellos los destinatarios de la dedicatoria incluida en Ciudades de la noche roja: «A todos los escribas y artistas y practicantes de la magia a través de los cuales se han manifestado estos espectros... NADA ES VERDAD. TODO ESTÁ PERMITIDO».