Resumen y sinopsis de El Abecedario de Federico Reyes Heroles
Tras la muerte de su esposa Marisol, el profesor Samuel Urquiaga tiene una casa sólo para él, un piano que su amada tocaba y ahora parece interpelarlo en silencio, unas clases que disfruta impartir más que cualquier otra cosa en su ahora triste vida, un par de amigos y mucha soledad. El matrimonio no tuvo hijos, así que ni siquiera ese consuelo le queda. La alegría parce haberse ido para siempre, al igual que el amor, incluso que la mera posibilidad de volver a encontrarlo. El deseo carnal, sin embargo, sigue ahí y Samuel busca satisfacerlo en abrazos mercenarios… pero eso es todo. ¿Le bastará a Samuel para vivir así sea medianamente satisfecho un trecho de vida que se antoja cada vez más largo? A la búsqueda de respuestas, Samuel empezará la redacción de un Abecedario, un glosario íntimo de ideas, nociones y especulaciones ordenado alfabéticamente y que terminará conteniendo cosas tan imprescindibles como Abrazo, Calor, Depresión, Frenesí, Humildad, Locura, Olvido, Sabiduría… ¿El amor? ¿De verdad es uno, así en singular? ¿Es acaso el mismo el de los jóvenes arrebatados que el de quien desea culminar su vida enamorado? O quizá ese singular nos ciega ante la metamorfosis: el erotismo y la pasión evolucionan. ¿Cómo mantener viva la llama? Entonces deberíamos hablar de amores, irrepetibles, mutantes, trastocados por el tiempo y la circunstancia. Una misma vida transita por amores de diferente calidad e intensidad. Plural es reconocer que la mirada de las mujeres recoge una gama de colores que no necesariamente es la de los varones. Los amores son presas huidizas, que demandan de quien desea amar y ser amado, un cazador en alerta permanente. El plural obliga. Debemos revisar todo, el abrazo, el beso, el deseo, la desnudez, las fantasías, el juego, la lengua, la pasión, la piel. Los que deseen conservarse atrapados por la sorpresa constante de los amores, deberían elaborar un abecedario. Samuel Urquiaga, un filósofo amoroso, busca el reencuentro con la vida y nos regala su abecedario.