Resumen y sinopsis de Casablanca la bella de Fernando Vallejo
Casablanca no es una ciudad, es una casa: blanca como su nombre lo indica, con puertas y ventanas de color café y una palmera en el centro de un antejardín verde verde. Y así ha sido siempre y así siempre será, incambiada, incambiable, como el loquito de arriba, el que dijo: "Yo soy el que soy". Yo también. Yo soy el que soy.Pero no hablemos de mujeres que es tema insulso y volvamos al antejardín, en cuyo verde prado una mano sabia, antes de que yo naciera, entronizó en su centro la palmera. Es una palma real que a la fecha, habiendo enterrado a montones, sigue creciendo, como un niño, hacia arriba, hacia el cielo, hacia Dios. Desde lo más profundo del azul celeste, instalado entre el coro de angelitos que me acarician con su canto en las abullonadas nubes la estoy viendo allá abajo chiquitica, chiquitica... Así son las grandezas humanas vistas desde lo alto: poca cosa. Presidente no fui porque no quise. Papa tampoco porque no quiso Dios, que me tiene reservado para más altos designios. Y no me pregunten cuáles porque aún no sé, me mantiene en vilo. ¿Podrá haber dicha mayor para el cristiano que salir en silla gestatoria todo emperifollado, bajo palio, bendiciendo a diestra y siniestra a la multitud que lo aclama?