Resumen y sinopsis de Años Luz de James Salter
Años luz es un brillante retrato del matrimonio de la mano de un maestro americano contemporáneo. Con una prosa diáfana, luminosa y leve, de triste resonancia, Salter narra la historia de Nedra y de Viri, cuya vida transcurre entre los juegos con sus hijas, las reuniones con amigos y la placidez de la vida en el campo. Detrás de esta apariencia idílica e intocable, el autor observa y delata las finas líneas de la superficie resquebrajada de la pareja, grietas que se extienden y finalmente desfiguran el paisaje sin posibilidad de reparación. Años luz es un libro clave dentro de la producción realista de James Salter.
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Con una prosa muy poética y una gran fuerza a la hora de transmitir la sensación de decadencia y paso del tiempo Salter nos cuenta una historia convencional, realista, sin grandes acontecimientos ni giros de ningún tipo, pero que aún así rebosa tristeza. Gran novela.
Leído durante estos días de fiesta, viajes y estancias fuera de casa. A pesar de ello y de la dificultad que supone la constante irrupción de personajes -algunos conocidos y otros, que no te presentan, no- ha habido ratos que he disfrutado mucho leyendo esta novela, la primera que leo de Salter. Y todo el rato me ha dejado impresionado su capacidad para trasmitir lo que sienten sus protagonistas, Nedra y Viri.
"Años luz" es una buena novela sobre el paso fulgurante de la vida, el desengaño conyugal, el crecimiento de los hijos, y la quimérica búsqueda de la felicidad.
Salter es un escritor diáfano, regio y sin dobleces, que sabe utilizar en todo momento una prosa sencilla, efectiva e impecable.
Pero a sus personajes les falta algo: La verdad es que no crearon en mí ninguna empatía, se me antojaron demasiado fríos, circunspectos o alejados.
A pesar de esto, la narración no deja de ser una buena reflexión sobre el mundo de la pareja y sus fisuras: sus cuotas y sus cuitas.
Y es que como ya dijera en su día Sabina en una canción de "Física y Química": "El agua apaga al fuego y al ardor los años"...
EL estilo narrativo de James Salter es difícil de describir. Va directo al grano pero deleitándose en cada detalle. Su prosa me ha resultado altamente adictiva.
En cuanto a la historia parece que nunca pasa nada aunque vaya sí pasa. Pasa la vida aunque sus protagonistas la dejen escapar. Los personajes están muy bien construidos y sin embargo los he notado fríos, muy distantes, y en pocas ocasiones he logrado conectar con ellos.
Por esta falta de empatía y conexión no le doy más nota aunque tengo que reconocer que es un libro impecable y que desde luego invita y mucho a la reflexión sobre las relaciones de pareja.
Con un estilo literario brillante, un vocabulario extenso, unas descripciones que animan a releerlas, un uso imparable de adjetivos, Salter nos presenta una obra cuya esencia se centra en la búsqueda de la felicidad, teniendo por marco veinte años en la vida de una familia media norteamericana. Es una proyección de la cotidianeidad realizada de una manera prodigiosa. Es una novela que seguro deja en quien la lee una huella difícil de olvidar.