Resumen y sinopsis de Juego y distracción de James Salter
Tras la publicación de Quemar los días y La última noche, Salamandra continúa la recuperación en castellano de la obra de James Salter, en este caso la tercera novela del gran escritor estadounidense. Editada por primera vez en 1967, Juego y distracción supuso un punto de inflexión en la trayectoria de Salter y dio la medida de su maestría y ambición literarias. En la actualidad se la considera una lectura insoslayable que, sin duda, contribuirá a engrosar la legión de admiradores que James Salter sigue cosechando en todo el mundo.
La novela, que toma prestado su título de un versículo del Corán sobre la esencia de la vida terrenal, narra la historia de amor entre Phillip Dean, un universitario norteamericano que deambula por Europa, y Anne-Marie Costallat, una joven francesa de provincias. Evocada en todo su esplendor erótico, la fogosa aventura de los dos amantes nos llega a través de la imaginación de un solitario compatriota de Phillip. El desdén hacia las convenciones sociales, la entrega incondicional al placer y la indolencia aparecen aquí delineados con un lenguaje conciso, que convierte el cúmulo de impresiones y la mirada reflexiva y sensible del narrador en un himno a la sensualidad.
La belleza de este libro radica en el estilo del narrador, en cómo cuenta las cosas, en las descripciones de los paisajes... más que en la trama en sí. Hasta el capítulo 9 describe más la sociedad y la vida en Francia y después el viaje en que se embarca una pareja entregándose al sexo. Esta segunda parte a mí se me hizo más pesada al final, pues casi todos los capítulos repiten estructura. Y, como digo, para mí el atractivo de esta novela está más en el cómo que en el qué.
Ambientada en la Francia de mediados de los 50, "Juego y distracción" es una novela disfuncional sobre las convenciones sociales, el frenesí sexual, la insensata inmadurez y la permisiva indolencia. Un "carpe diem" pasional de prosa suave, concisa y luminosa. James Salter tiene esa extraña cualidad: Aunque sus personajes no sean cien por cien auténticos, siempre logra transmitir esa mirada reflexiva y terrenal que supone campear por los baches de la vida. Sin ser coetáneo, tiene muchos puntos en común con Francis Scott FitzGerald en su crítica a una burguesía acomodada y dispersa.
Una novela crítica con una clase acomodada, cuyos hijos se pueden permitir el lujo de abandonar los estudios universitarios para viajar a Europa y mantener una estancia durante meses. Son caprichosos y pueden embaucar a una joven francesa en una aventura sexual que durará lo que dure el dinero. No les importan los sentimientos y las esperanzas puestas en juego. Lo de menos es que la chica sufra. Son egoístas, solo saben vivir el momento, no piensan en el futuro ni en los demás. A veces el lenguaje está algo recargado de metáforas, sobre todo para describir el paisaje y se hace algo pesado. No obstante, en general, la novela es ágil e inteligente.