Una repentina y enigmática invasión de murciélagos asola New York, pero nadie lo sabe hasta que las víctimas emiezan a contarse por decenas.
Una intrépida ciéntifica y un tenaz inspector de policía están al corriente de los hechos desde el inicio, más tarde las autorirades asumen el problema, con un enfrentamiento final en el interior de la estatuta de la libertad.
Trepidante y llena de acción, Murciélagos se parece más a la típica película de bajo presupuesto, horriblemente mala, que a un thriller propiamente dicho. Ya desde el comienzo te das cuenta de que no puedes esperar nada de esta novela más que puro entretenimiento. Y ni siquiera del bueno.
Jeff Rovin firma la autoría de esta novela de terror de "serie B". Considero normal que no le conozca, sobre todo si tenemos en cuenta lo increíblemente mediocre que es como escritor. Y es que su estilo de escritura no puede ser más simplón, aburrido y penoso, aunque con una ejecución aceptable. Para ello usa una prosa dinámica, capaz de mantener el ritmo, plagada de movimiento y con un buen desarrollo, un lenguaje funcional y unas descripciones intrascendentes, que permiten hacerte una idea del contexto, pero que ni consiguen meterte de lleno en la novela ni crear la atmósfera adecuada para disfrutarla. Pero queda por hablar de los personajes. Como toda novela de acción, los protagonistas están construidos de manera superficial. Son meros medios para un fin. O así debería ser, porque en este caso, el autor ha querido dotarlos de demasiadas emociones que entorpecen la ejecución de la historia. Es decir, no me interesan demasiado los traumas que Robert Gentry, exagente encubierto de narcóticos, y Nancy Joyce, experta en murciélagos y partidaria de la caza (algo curioso y poco coherente para alguien que se dedica a la conservación animal), puedan tener ni la extraña y rápida relación que se genera entre ellos. En mi opinión tanta divagación emocional sobra.
No debería sorprender a nadie que una novela titulada Murciélagos tenga a estos pequeños mamíferos voladores como principales protagonistas. Pero obviamente hay algo más. Y es aquí cuando entra en escena la increíble imaginación (sarcasmo off) del autor al crear una trama tan convencional que la puedes adivinar casi desde el principio. Pero, como siempre, haré una sinopsis para situarnos en el libro. En Westchester, una pequeña localidad cerca del rio Hudson, un padre y su hijo son brutalmente atacados por los murciélagos. Las autoridades, totalmente desconcertadas, llaman a la Doctora Joyce, experta en estos animales, para tratar de comprender qué ha ocurrido. Por otro lado, los mismos ataques comienzan a suceder en Nueva York. Parece que los murciélagos han invadido el metro y atacan de manera coordinada a la gente. Robert Gendry trabaja en la brigada de accidentes de la policía. Intrigado por la situación decide trabajar en el caso y ponerse en contacto con Joyce. El problema se agrava cuando se encuentran una serie de cadáveres mutilados por animales bastante más grandes que los murciélagos comunes. ¿Qué es lo que está atacando Nueva York? Gendry y Joyce unen fuerzas en una carrera contrarreloj para intentar salvar a la ciudad y a sus habitantes. Y hasta aquí puedo contar. Pero creedme, el resto podéis deducirlo vosotros solos, ya que no se sale del esquema general de esta clase de novelas. Y como dije anteriormente, en este libro los protagonistas tienen demasiados conflictos emocionales y hacen reflexiones más o menos lúcidas que aparecen en el peor momento, por lo que interrumpen la lectura, siendo especialmente molestas en las situaciones de movimiento. Al final todo se soluciona, como estamos acostumbrados, un “happy ending” en toda regla ¿o no? Y es que el desenlace es abrupto, adecuado y abierto, aunque esto último sea un recurso manido y un burdo intento de hacernos interesar por una segunda parte que, si existe la justicia divina, jamás debería escribirse o publicarse.
Definitivamente, Murciélagos solo ofrece un poco de entretenimiento convencional. No es especialmente innovadora ni propone soluciones viables a un incidente a gran escala como el descrito. Es una lectura perfecta para el periodo estival y como tal, debe tratarse y leerse. De todas maneras, tras su lectura seguro que no vuelves a ver a los murciélagos de la misma manera.
KINTUXMurciélagos7
Libro interesante y muy bien documentado sobre la vida y costumbres de los murciélagos. Con un final bastante fantástico, pero bueno.
Trepidante y llena de acción, Murciélagos se parece más a la típica película de bajo presupuesto, horriblemente mala, que a un thriller propiamente dicho. Ya desde el comienzo te das cuenta de que no puedes esperar nada de esta novela más que puro entretenimiento. Y ni siquiera del bueno.
Jeff Rovin firma la autoría de esta novela de terror de "serie B". Considero normal que no le conozca, sobre todo si tenemos en cuenta lo increíblemente mediocre que es como escritor. Y es que su estilo de escritura no puede ser más simplón, aburrido y penoso, aunque con una ejecución aceptable. Para ello usa una prosa dinámica, capaz de mantener el ritmo, plagada de movimiento y con un buen desarrollo, un lenguaje funcional y unas descripciones intrascendentes, que permiten hacerte una idea del contexto, pero que ni consiguen meterte de lleno en la novela ni crear la atmósfera adecuada para disfrutarla. Pero queda por hablar de los personajes. Como toda novela de acción, los protagonistas están construidos de manera superficial. Son meros medios para un fin. O así debería ser, porque en este caso, el autor ha querido dotarlos de demasiadas emociones que entorpecen la ejecución de la historia. Es decir, no me interesan demasiado los traumas que Robert Gentry, exagente encubierto de narcóticos, y Nancy Joyce, experta en murciélagos y partidaria de la caza (algo curioso y poco coherente para alguien que se dedica a la conservación animal), puedan tener ni la extraña y rápida relación que se genera entre ellos. En mi opinión tanta divagación emocional sobra.
No debería sorprender a nadie que una novela titulada Murciélagos tenga a estos pequeños mamíferos voladores como principales protagonistas. Pero obviamente hay algo más. Y es aquí cuando entra en escena la increíble imaginación (sarcasmo off) del autor al crear una trama tan convencional que la puedes adivinar casi desde el principio. Pero, como siempre, haré una sinopsis para situarnos en el libro. En Westchester, una pequeña localidad cerca del rio Hudson, un padre y su hijo son brutalmente atacados por los murciélagos. Las autoridades, totalmente desconcertadas, llaman a la Doctora Joyce, experta en estos animales, para tratar de comprender qué ha ocurrido. Por otro lado, los mismos ataques comienzan a suceder en Nueva York. Parece que los murciélagos han invadido el metro y atacan de manera coordinada a la gente. Robert Gendry trabaja en la brigada de accidentes de la policía. Intrigado por la situación decide trabajar en el caso y ponerse en contacto con Joyce. El problema se agrava cuando se encuentran una serie de cadáveres mutilados por animales bastante más grandes que los murciélagos comunes. ¿Qué es lo que está atacando Nueva York? Gendry y Joyce unen fuerzas en una carrera contrarreloj para intentar salvar a la ciudad y a sus habitantes. Y hasta aquí puedo contar. Pero creedme, el resto podéis deducirlo vosotros solos, ya que no se sale del esquema general de esta clase de novelas. Y como dije anteriormente, en este libro los protagonistas tienen demasiados conflictos emocionales y hacen reflexiones más o menos lúcidas que aparecen en el peor momento, por lo que interrumpen la lectura, siendo especialmente molestas en las situaciones de movimiento. Al final todo se soluciona, como estamos acostumbrados, un “happy ending” en toda regla ¿o no? Y es que el desenlace es abrupto, adecuado y abierto, aunque esto último sea un recurso manido y un burdo intento de hacernos interesar por una segunda parte que, si existe la justicia divina, jamás debería escribirse o publicarse.
Definitivamente, Murciélagos solo ofrece un poco de entretenimiento convencional. No es especialmente innovadora ni propone soluciones viables a un incidente a gran escala como el descrito. Es una lectura perfecta para el periodo estival y como tal, debe tratarse y leerse. De todas maneras, tras su lectura seguro que no vuelves a ver a los murciélagos de la misma manera.
Libro interesante y muy bien documentado sobre la vida y costumbres de los murciélagos. Con un final bastante fantástico, pero bueno.