Resumen y sinopsis de Una historia violenta de Antonio Soler
El protagonista de Una historia violenta es un niño asombrado. A su alrededor se desarrolla la vida, una obra de teatro de la que forma parte y cuyo sentido se esfuerza por comprender. Un microcosmos de pulsiones incontroladas, deseos, sexualidad larvada, poder.
Con una prosa efectiva y sustentada en la brevedad, se nos muestra cómo los protagonistas van descubriendo un mundo donde la igualdad no existe y los privilegios vienen con la cuna, donde la violencia es muchas veces gratuita y los vencidos lo son para siempre, donde toda revuelta es aplastada por «las cosas como son» y el último relámpago de realidad lo da el descubrimiento de la muerte.
Libro corto pero intenso. Muy bien escrito. Te metes de lleno en la historia que cuenta.
amaya pujana levyUna historia violenta6
Me he comprado "Una historia violenta" que, el escritor malagueño, Antonio Soler, elabora -tras un recuerdo de aquella época- acerca del verano que un niño y sus amigos (Ernestito Galiana y Mauri) pasan, en los años sesenta, en la calle Lanuza, entre los Pabellones Militares y "los bloques". El autor, con un hábil manejo de la sencilla prosa, llenando la narración -desde la perspectiva subjetiva del menor- de poéticas descripciones de los ambientes, de los caracteres, de los olores, de los colores y de los sonidos, atrapa mi atención al dosificarme los datos de ese desenlace que vislumbro horrible y sangriento, introduciéndome en la trama sutiles referencias a la futura acción ("pelea", "ratas",...) y contagiándome de la inamovilidad de ese decorado, del sonido de la miseria y del desapego del padre. Este camino iniciático del niño narrador que sólo quiere estar al otro lado del mundo, se merece un 6.
Libro corto pero intenso. Muy bien escrito. Te metes de lleno en la historia que cuenta.
Me he comprado "Una historia violenta" que, el escritor malagueño, Antonio Soler, elabora -tras un recuerdo de aquella época- acerca del verano que un niño y sus amigos (Ernestito Galiana y Mauri) pasan, en los años sesenta, en la calle Lanuza, entre los Pabellones Militares y "los bloques". El autor, con un hábil manejo de la sencilla prosa, llenando la narración -desde la perspectiva subjetiva del menor- de poéticas descripciones de los ambientes, de los caracteres, de los olores, de los colores y de los sonidos, atrapa mi atención al dosificarme los datos de ese desenlace que vislumbro horrible y sangriento, introduciéndome en la trama sutiles referencias a la futura acción ("pelea", "ratas",...) y contagiándome de la inamovilidad de ese decorado, del sonido de la miseria y del desapego del padre. Este camino iniciático del niño narrador que sólo quiere estar al otro lado del mundo, se merece un 6.