Resumen y sinopsis de Queremos tanto a Glenda de Julio Cortázar
Un renovado repertorio de cuentos a cargo del mejor maestro, Julio Cortázar, con variantes para todos los paladares de la lectura. Rituales públicos y privados, pesadillas que surgen a plena luz del día, cruces imperceptibles entre la realidad y la imaginación, humos, violencia y melancolía. De nuevo en Queremos tanto a Glenda, Cortázar demuestra que es, sin duda, uno de los maestros del relato en castellano del siglo XX y uno de los narradores más importantes de la literatura universal.
Contenido:
Graffitti
Historia con migalas
Historias que me cuento
Orientación de los gatos
Queremos tanto a Glenda
Recortes de prensa
Tango de vuelta
Texto en una libreta
Clone
Anillo de Moebius
Han participado en esta ficha: yiyolon brussell
Pues la verdad, no me gustaron mucho los cuentos incluidos en este libro, con excepción de un par de ellos, he leído mejores cosas de Cortázar, en fin cuestión de gustos.
Haciendo balance, los cuentos de este libro tienen un tono más oscuro, más siniestro incluso, que otros de Cortázar, creo yo. Se nota en ellos además una percepción más angustiada de los problemas sociales. “Orientación de los gatos” nos habla del auténtico y huidizo ser que se oculta incluso tras las apariencias de quienes no tienen secretos para nosotros; personas, animales y cosas, observadores y observados, adquieren una dimensión cambiante, apuntan siempre hacia un misterio nunca resuelto. En “Queremos tanto a Glenda”, amor equivale a idealización y también a cosificación de la persona amada o admirada, por un momento entendemos la locura aparente y no tan irracional del fenómeno fan, de un grupo de cinéfilos que llevan demasiado lejos su admiración por su actriz favorita; lo que nos puede parecer una barbaridad puede llegar a ser, en realidad, el mayor acto de devoción. “Historia con migalas” es una narración donde nada ni nadie es lo que aparenta, comparándose lo femenino y lo arácnido, la animal y lo humano, jugando genialmente el autor con un pasado turbio y no revelado, mostrando de nuevo su gusto por lo cíclico; la placidez de unas vacaciones oculta algo más y el escenario parece vivo, en esta historia de cazadores y presas que no pueden evitar ser lo que son.
“Texto en una libreta” sigue la estrategia del manuscrito encontrado para explorar los secretos del metro, escenario privilegiado para una historia terrorífica, denuncia de un mundo urbano degradado, de un creciente submundo de seres infrahumanos que viven una no-vida; el paranoico protagonista puede tener razón o puede estar todo en su cabeza, pero ambas posibilidades son válidas y no sabemos cuál es peor… poco a poco, él mismo va formando parte de la masa anónima, y es que todos somos como viajeros que no vamos a ninguna parte. “Recortes de prensa”, un alegato contra la tortura y la impunidad de las dictaduras, hace uso de artículos periodísticos reales y ficticios, fusionándose el componente fantástico con la más cruda realidad del momento; reconozco que me cuesta interpretar este cuento, que quizá trate del compromiso del artista y de su impotencia a la hora de representar el horror. “Tango de vuelta” toca la cuestión de las diferencias sociales, reconstruyendo un hecho del pasado cual doble retorno; el de los recuerdos de la criada (muy sensible retrato de este personaje) y el de un muerto que vuelve a la vida… intuimos venganzas, ausencias, ruptura familiar, incomunicación, que sólo el protagonista, un enfermero, podrá ser capaz de reparar con su relato.
Un genial ejercicio de estilo cortazariano es “Clone”, sobre las tensiones internas en un grupo de música vocal y una historia truculenta de amor y crimen que se repite fatalmente, en un paralelismo con la trágica vida del compositor renacentista Carlo Gesualdo; impecable narración, que recuerda a la construcción de una pieza musical por el perfecto y arriesgado contrapunto que establecen las interacciones entre los ocho personajes. En “Graffiti”, los dibujos en la pared a modo de protesta contra una autoridad totalitaria se convierten en el lenguaje secreto entre una pareja que nunca llega a conocerse, puro romanticismo el de este cuento contado en segunda persona. En “Historias que me cuento” cobran importancia ciertas fabulaciones privadas y un tanto inconfesables, que sin embargo dicen de nosotros algo cercano a la verdad; lo convencional y burgués queda socavado por un hecho extraordinario, o simple coincidencia, por extrañas conexiones y juegos con dobleces, lejanías y proximidades. Finalmente, “Anillo de Moebius” es una sórdida historia de un tremendo riesgo tanto estilístico, buceando en el puro lenguaje surreal, como por el delicado tema que recoge, contando el encuentro imposible entre dos seres, incluso dos mundos, por completo antagónicos.
No está entre los mejores libros de Cortazar, porque creo que es algo irregular en cuanto a la calidad de los cuentos; pero aun así sigue siendo una excelente colección. No defraudará a todo aquel que admire al autor y disfrute de sus obras.
Hay cinco cuentos que desde mi punto de vista son destacables:
- La Orientación de los Gatos
- Queremos Tanto a Glenda (el mejor cuento del libro)
- Historia con Migalas
- Texto en una Libreta
- Anillo de Moebius
El genio siempre de Cortázar aunque esta vez quizás cuanto menos Cortázar, más genio. Especialmente mencionables, "Recortes de prensa" sobre un caso real durante la dictadura militar, "Tango de vuelta", que daría para una gran novela, o "Clone", drama y música.
Impresionante la forma en que te atrapan los relatos de Cortázar. Destaca, en este libro, "anillo de moebius".
No me parece de lo mejor de Cortázar, sin embargo destaca por una prosa más lírica y desarrollada, en la que se nota la evolución cortazariana. Notable "Historias que me cuento" "Tango de vuelta" e "Historia con migalas", tres cuentos excelentes, los demás son buenos aunque adolecen por un nivel inferior al del gran Cortázar.
El acostumbrado buen decir de Cortázar que no alcanza, empero, el nivel de sus mejores compilaciones de cuentos. Destacan "Tango de vuelta" e "Historias que me cuento".
El término fan no se aplica a los seguidores de Glenda. Son devotos que buscan la perfección de la forma. Su tarea es fantástica, quimérica e imposible: corregir las escenas no satisfactorias de la carrera de una actriz. Para ello, la recolección y confiscación de las cintas de un título determinado y su posterior ajuste a lo ideal.