Resumen y sinopsis de El océano al final del camino de Neil Gaiman
El Océano al final del camino, de Neil Gaiman, autor de otros libros de la narrativa extranjera como American Gods o Los hijos de Anansi, es una novela sobre el recuerdo, la magia y la supervivencia; sobre el poder de los cuentos y la oscuridad que hay dentro de cada uno de nosotros.
Gaiman es el único autor que ha ganado los cuatro premios más importantes de literatura fantástica: Hugo, Nebula, Stoker y Locus.
Lo que en un principio iba a convertirse en una historia corta, Gaiman lo transformó en una novela en toda su extensión, su primera obra para adultos desde Los hijos de Anansi. En El océano al final del camino, la imaginación es la principal baza, como en toda la obra de Neil Gaiman, personificada en un niño de siete años que descubre sin quererlo el secreto sobrenatural de una familia vecina.
Me duele tener que decir que El océano al final del camino es un libro demasiado convencional para llegar a gustarle a un lector medio. Y no, no es que sea un mal libro, pero su trama está demasiado vista como para llegar a interesar a un lector adulto.
De sobras conocido, Neil Gaiman es un escritor de fantasía que se hizo muy famoso por ser el creador de la saga de Sandman. Pero yo tengo que reconocer que ninguno de sus libros que he leído (y he leído unos cuantos) ha llegado a gustarme nunca. Por desgracia, este no es una excepción. Eso si, desde el punto de vista literario, Gaiman es un escritor magnífico, con un estilo de escritura equilibrado y engañosamente sencillo que destaca por tener una prosa rítmica y excelentemente bien desarrollada, un lenguaje que es pura musicalidad y unas descripciones tan visuales y coloridas que te parece estar dentro de la trama. Pero sus personajes son uno de las puntos fuertes de la novela. Gaiman es capaz de crear personajes sólidamente construidos y muy bien perfilados psicológicamente, lo que les dota de un realismo increíble.
Es difícil decir de que va El océano al final del camino, pero parece describir ese mágico viaje hacia la fantasía que solamente hacemos cuando somos niños. La historia comienza con nuestro protagonista de adulto. Regresa a casa por el funeral de su padre y es inevitable que empiece a recordar su infancia. Pero entonces le viene a su memoria un episodio que involucra a la familia Hempstock, dos mujeres y una niña muy peculiares, que habitan la última granja del camino. Cuando tenía siete años, el protagonista vive una fascinante aventura con Lettie Hempstock de 11 años de edad en apariencia pero mucho más mayor y más sabia que la mayoría de los adultos. El niño deberá enfrentarse a sus miedos, dudas y a monstruos reales y espeluznantes, aunque tan inverosímiles como el "océano" que según Lettie se encuentra contenido en el estanque de la propiedad. Y hasta aquí puedo escribir sin desvelar nada fundamental. Si puedo contar que esta historia nos habla sobre la memoria y cómo esta y la imaginación se entremezclan muy fácilmente cuando somos pequeños, generándonos una enorme nostalgia cuando volvemos a pensar en esos recuerdos infantiles en nuestra madurez. Es un inevitable viaje al pasado y a todo aquello a lo que nos hemos enfrentado en nuestra vida y olvidamos muy fácilmente en los años siguientes.
Definitivamente, El océano al final del camino es un libro para disfrutar despacio que evoca nuestras memorias infantiles. Pero más allá de los gratos recuerdos, la novela no te deja gran cosa. Toda la trama es endeble y un tanto banal. Ni siquiera en los momentos de pura fantasía el libro consigue engancharte del todo. Es, por tanto, una decepción que irá al cajón de las lecturas prescindibles.
Lo que es obvio es que, al final del camino, cada uno de nosotros tiene algo especial que aporta significado a nuestra vida.
Pues no, yo tampoco he entendido la historia, qué demonios nos ha querido contar Neil Gaiman esta vez... a mí no me ha aportado absolutamente nada. Probablemente sea culpa mía, que esperaba otra cosa después de haber leído Stardust, que sí me hizo disfrutar y adentrarme en su mundo fantástico..
Total fantasía pura al estilo Gaiman. La historia no sólo marca una diferencia entre el drama y la ficción, sino que tiene una perspectiva bastante infantil que le da un toque específico. Hay que pensar como un niño para disfrutar a profundidad la historia.
Qué manera tan particular tiene Gaiman de manejar y mostrarnos la fantasía... La historia se hace creíble si uno se deja atrapar por ese juego de deseos, realidades, sueños, miedos y corajes ocultos. El pasado y el presente se vuelven atemporales, los personajes producen sentimientos inmediatos y está muy bien narrada. Genial, muy recomendable para amantes de la fantasía y para los que se animen a probar el mundo Gaiman: no se van a arrepentir.
Demasiado fantasioso, no lo he entendido. No se que ha querido decir con este libro. La historia se lía demasiado. Mi mente no es capaz de entender nada de esta novela.
Pura fantasía podría decir de este libro si no fuera porque lo he sentido tan real. El autor mezcla realidad y fantasía de manera tan magistral que no recuerdo como pasé de una a otra pero tampoco me importa. Una historia sobre todo lo que perdemos cuando dejamos la infancia atrás, sobre recuerdos que vuelven y sobre como la memoria juega a crear otros mundos. Un cuento para adultos con todos los elementos de los cuentos clásicos pero sin embargo diferente a todos ellos. Una delicia leer a Gaiman como un niño pero sin dejar de sentirse adulto.
Es Neil Gaiman. Por defecto, sé que obtendré una muy buena historia contada de forma original, de esas que me atraen por ser tan personales y universales a la vez. En esta ocasión, compré el libro por el autor, junto con el más infantil "El galáctico, práctico y alienígena viaje de mi padre", y si bien tardé en leer este, al fin pude hacerlo.
El libro narra cómo un hombre, vagando sin rumbo luego de la muerte de su madre, vuelve a una casa en la que estuvo en su niñez, a la que no había recordado en décadas. Allí, empieza a recordar las aventuras que tuvo de niño, a los siete años, poco después de su terrible séptimo cumpleaños en donde nadie vino a su fiesta. Se encuentra con una familia de tres mujeres, una más especial que la otra, que poseen un "océano" al final del camino, a primera vista, un simple estanque.
Por supuesto, siendo Neil Gaiman, las cosas raras comienzan a mostrarse rápido: un simple gusano es, en realidad. una pulga, por ejemplo, y causará estragos en la familia del protagonista. El pobre muchacho, de siete escasos años, sabe que hay diferencias entre adultos y niños, aunque sean algo peculiares, cuasi filosóficas a veces.
La historia es fácil de seguir, y que esté narrada por un niño de siete años no sólo muestra el clásico punto de vista de situaciones que un adulto comprende y un niño no, sino que también nos muestra cómo ve el mundo ese niño. Y las extrañas formas de ver el mundo que tienen las Hempstock, quizás porque viven en una realidad algo diferente a la clásica.
Hay escenas terribles, escenas de miedo, tanto adulto como de esos que tienen los niños. Y hay escenas pintadas con una paleta algo distinta a la que estamos acostumbradas a ver. La historia que se desarrolla en estas páginas es colorida a su manera, tanto en personajes como en situaciones, y da la sensación de decir mucho con pocas palabras.
Precioso. Un drama maquillado con magia para un niño, al estilo de "La vida es bella", me encantó.
Muy original, pase muy buen rato mientras lo leía, que no fue mucho tiempo. Me gusto mucho la mención de esos detalles que de niño también notaba de las cosas.
Absolutamente atípico y absolutamente hermoso.
Un hombre de unos cuarenta años cuenta sus recuerdos de cuando tenia 7 años ,llenos de magia y de misterios.Es una especie de cuento de hadas pero sin ningún cliché. Una historia maravillosamente construida y escrita aunque por supuesto bastante extraña y no esperen que se resuelvan todos los misterios:hay cosas que simplemente no podemos saber.