Resumen y sinopsis de Para acabar con todas las guerras de Adam Hochschild
Lo que nos atrae de esta Primera Guerra Mundial es la forma en que destruyó para siempre la Europa segura de sí misma y luminosa de húsares y dragones con cascos con plumas y de emperadores que saludaban desde carruajes descubiertos tirados por caballos.Estamos acostumbrados a que, en los conflictos actuales, tanto si las víctimas son los niños soldados de África como si lo son los estadounidenses provincianos de clase obrera en Irak o Afganistán, los pobres constituyan un porcentaje desproporcionado de los muertos. En cambio, entre 1914 y 1918, la guerra fue sorprendentemente letal para las clases dirigentes de todos los países que participaron. Había muchas más probabilidades de que murieran los oficiales de ambos bandos que de que perecieran los hombres que los seguían saltando los parapetos de las trincheras para avanzar hacia el fuego de las ametralladoras, y ellos mismos solían pertenecer a las capas más altas de la sociedad…