Resumen y sinopsis de Un verano que nunca volverá de Judith Kinghorn
Estamos en 1914, a principios de un prometedor verano, cuando la magia de la niñez de Clarissa Granville está a punto de romperse. Criada en el lujoso y confortable ambiente de la aristocracia inglesa de principios del siglo xx, Clarissa ha sido bendecida con la abundancia y la felicidad. En vísperas de su decimoséptimo cumpleaños, Deyning Park, la casa de campo de la familia, se engalana para celebrar una fantástica fiesta. Y es allí, en el escenario de sus juegos infantiles, donde Clarissa ve por primera vez a Tom Cuthbert, el hijo del ama de llaves. Apuesto, enigmático y… plebeyo, Tom es un hombre decidido a conseguir lo que quiere, y lo que quiere, desde el mismo momento en que sus ojos se cruzan con los de ella, es a Clarissa. Pero las rígidas convenciones sociales y la madre de Clarissa maldicen su amor. Cuando las autoridades políticas anuncien el inicio de la Primera Guerra Mundial, Clarissa y Tom se verán arrastrados por las terribles circunstancias del momento y tratarán de mantenerse fieles a sí mismos y a un amor que nació al cálido abrigo de un verano que nunca volverá.
Lo que más me ha gustado del libro ha sido la evolución del personaje principal, se ve claramente como Clarissa madura con el paso del tiempo. Además es un libro que se lee fácilmente, quizá un poco pesado al principio, pero luego te va enganchando más.