Resumen y sinopsis de La tercera puerta de Lincoln Child
Jeremy Logan, profesor de historia en Yale y respetado enigmatólogo, recibe una propuesta de trabajo de su viejo amigo Ethan Rush. Porter Stones, un «buscador» de tesoros antiguos, ha reclutado a un grupo de arqueólogos y otros expertos para localizar la mítica tumba del faraón Narmer (también conocido como Menes), el primer faraón del Antiguo Egipto. Una inscripción sobre un trozo de cerámica indica que la tumba verdadera está bajo el Sudd, la enorme ciénaga que se extiende al final del cauce del río Nilo. Aquí Jeremy averiguará cuál será su papel en la exploración: investigar una serie de misteriosos accidentes que ponen en peligro la excavación.
Interesante, aunque muy pesada, La tercera puerta es el nefasto producto de intentar mezclar el thriller con la novela histórica y una parte de fantasía. Esta peculiar mezcolanza solo consigue producir el tedio más espantoso, en parte porque descubres el juego del autor demasiado pronto como para terminar de engancharte.
El autor de este producto veraniego típico es Lincoln Child, un célebre autor norteamericano que se hizo especialmente popular por la saga de Pendergast cuyo primer título, The Relic (el relicario en español), tuvo adaptación cinematográfica. Con esto quiero decir que no pongo en duda la maestría de Child como escritor. Y como tal, posee un estilo de escritura complejo, rico y con una gran ejecución, que consigue gracias a una prosa dinámica y con un desarrollo notable, un lenguaje funcional y unas descripciones minuciosas, bien elaboradas y lo suficientemente visuales como para meterte totalmente en la novela. Pero los personajes… son otro cantar. El protagonista Jeremy Logan es un ejemplo perfecto de cómo una historia se echa a perder gracias a un personaje construido de manera penosa e incompleta. Aunque en este caso me da la sensación de que esto se debe más a que es el protagonista de más de una entrega anterior y el autor piensa que ya ha perfilado lo suficiente a su protagonista. Gran error. La verdad es que los personajes te resultan huecos e intrascendentes. Conoces su psicología, que es lo que buscan, pero aun así no te crees sus respuestas emocionales. No empatizas con ellos de ninguna manera.
La ecléctica unión de géneros literarios que se da en este libro hace que te resulte un poco complejo situar con precisión cuál es el objetivo de la trama de esta novela. Y es que según miremos a La tercera puerta, bajo la lente de la Historia, el crimen o lo sobrenatural tendremos lecturas diferentes del mismo libro. Pero como siempre procederé a intentar hacer una pequeña sinopsis del tema. Jeremy Logan es enigmatólogo además de profesor de Historia medieval en una prestigiosa universidad norteamericana. Como su propio nombre indica, un enigmatólogo descifra enigmas. Pero no vulgares misterios de naturaleza material, sino enigmas donde lo paranormal entra en juego. Con esto antecedentes Logan es contratado por Porter Stone, famoso aventurero que intenta descubrir en Sudán la tumba del faraón Namer, el primer rey en unificar Egipto. Como soberano del Alto y Bajo Egipto, se espera encontrar en su tumba el símbolo de su poder, las dos coronas de cada una de las provincias conquistadas. El problema es que todo indica que la tumba se encuentra en El Sudd, una región pantanosa infernal. Como toda tumba egipcia, esta también tiene una maldición especialmente escabrosa, que no es tenida en cuenta. Pero cuando empiezan a ocurrir una serie de accidentes sin explicación y aparecen presencias fantasmales, Stone decide llevar a Logan a la expedición. El problema es que, a diferencia de otras veces, aquí la maldición parece ser totalmente real. Y hasta aquí puedo hablar sin desvelar nada fundamental. Es obvio que la historia, narrada de esta manera, parece muy interesante. Es una lástima que no lo sea. Y es que la novela no parece decantarse por ningún tipo literario en concreto y acaba fallando en todos ellos. Como thriller le falta escenas de acción y mantener el ritmo en todo momento. Como histórica, toda la trama queda coja ya que van apareciendo muchos huecos y flecos sueltos en la historia que no se resuelven. Y como novela de fantasía… es clarísimamente insuficiente. Toda esta absurda combinación consigue que leer este libro resulte pesado e improductivo. Y eso que no he hablado sobre el final. El desenlace es harto predecible, abrupto e inconcluso en algunas partes. En resumen… una absoluta pérdida de tiempo.
Definitivamente, La tercera puerta hace honor a la vertiente más comercial de la palabra “best-seller”. Es decir, literatura de usar y tirar con poca calidad y unos argumentos tan simples que, en ocasiones, resultan hasta insultantes. Y esta es la razón por la que este tipo de libros son típicos del periodo estival. Lo único bueno que puedo decir convencido de este libro es que, como en el título, solo hay tres puertas que abrir. Visto el espantoso resultado eso es casi una ventaja…
Me gusta Lincoln, pero esta es sin duda su peor novela, un buen arranque pero el grueso del libro es solo seguir al protagonista que hace entrevistas inútiles al personal de una excavación. La trama solo se anima en las últimas páginas, donde hay algo de acción. Tampoco me gustó la forma que tiene de tratar la egiptología, de una manera muy chusca. Si eres fan de Lincoln Child o del profesor Jeremy Logan, hay opciones mucho mejores.
De los autores encasillados en el apartado bestseller de aventuras, Lincold Child y Douglas Preston me parecen garantía de novela mínimamente aceptable.
En La Tercera Puerta, la presentación de la trama me parece muy buena y con grandes expectativas... pero después empieza a flojear hasta desembocar en un final muy predecible y facilón.
Para leer en la playa debajo de una sombrilla....