Resumen y sinopsis de La hija del veterinario de Barbara Comyns
Alice vive con su madre enferma y su padre, un veterinario despótico y brutal, en una vieja casona de un oscuro barrio de Londres. Encima de la chimenea tienen un cráneo de mono, y en el suelo la piel de un gran danés. La madre muere, y el padre la reemplaza por una tabernera que no tarda en comportarse como una indecente madrastra. Alice tiene, pese a todo, un joven que la admira, Ojitos, y un don «peculiar» que le da paz… pero del que no se atreve a hablar con nadie. Además, ella no quiere ser «peculiar».
La hija del veterinario (1959) es una novela inquietante y fantasiosa, pero perfectamente controlada por una voz narrativa delicada, intencionada e inteligente. Barbara Comyns confirma en ella su singular humor, su maestría para un punto de vista familiarizado con la catástrofe y con esas «pequeñas cosas que nunca se olvidan».
Es una novela corta que se lee en un pispás. La historia está contada desde el punto de vista de la niña, que tiene que vivir con un padre maltratador y muy agresivo. Se lee muy fácil y los personajes están realmente bien. Es una historia dura con algún capítulo memorable. Tiene un punto de realismo mágico que no me terminó de parecer muy creíble. Me pareció bastante entretenida, aunque no puedo decir que sea un novelón ni que la historia me haya marcado como sí me ha pasado con otras más recientes. En la contraportada se compara con Stephen King, aunque yo, sinceramente, no he encontrado ni un punto en común con él.