Resumen y sinopsis de La cornisa de Esteban Cabañas
El viejo solitario decide dejar por escrito el epílogo de su vida. Pero no será él el que escriba una sola letra. Contrata a un joven que lo hará y recibirá su paga por ello. Pero hay condiciones: describirá exactamente, lo más objetivamente posible, todo cuanto vea. El escribidor ingresa así al mundo delirante del viejo, en cuyo “pantano propio” aparece un rostro misterioso que lo inquieta tanto como a su jefe. Habrá que dilucidar qué es o qué significa aquella faz que, literalmente, encanta al viejo. A partir de esta aparición, el dúo desarrollará una relación ambigua en cuyo transcurso la comprensión se escurre y la amistad no crece. Su decisión de abandonar la tarea, por el mutismo y la acritud del viejo, el escribidor las revé, más de una vez —como otro Sancho—, por razones ajenas al afecto. La empresa conjunta seguirá hasta el final, haciendo del lector el tercer participante —y el más entusiasta— en la exploración propuesta.
En La cornisa, nueva producción de Esteban Cabañas, resuenan los ecos de los diálogos platónicos, tanto como del manchego caballero y su escudero, o de El Supremo y su fiel de fechos, envueltos en una prosa llena de poesía y de deleitable totalidad textual. Novela de tesis, “el texto crea la historia y no el escritor”, paradójicamente cumple y “descumple” lo que se propone. El texto rompecabezas arma una historia difusa, pero el lector percibe, “siente”, en la maestría literaria, la pluma (la mano) del escritor Esteban Cabañas.
