Resumen y sinopsis de Después de la nieve de S. D. Crockett
Willo sabe que hay tres tipos de personas: los renegados, los ladrones y los de la ciudad. O también podría haber dos tipos de personas: los que tienen papeles y los que no. Willo es un joven de quince años que vive con su familia en las montañas: son renegados sin papeles. Pero gracias al comercio con las pieles de los animales que cazan, sobreviven y permanecen alejados de la ciudad. Las condiciones son duras: Europa está sepultada desde hace años bajo la nieve y Oriente domina la economía mundial. La gente sobrevive con miedo y bajo la represión del gobierno, que controla los alimentos y la energía desde la ciudad.Ha participado en esta ficha: dixy
Las distopías se han puesto muy de moda dentro del género juvenil. Y si bien es cierto que algunas tienen una calidad literaria notable, la mayoría ni siquiera logran ser consideradas mediocres. Desgraciadamente, Después de la nieve pertenece a esta categoría, lo que la convierte en una historia aburrida y confusa que no termina de atraparte y que lees con una mezcla de estupefacción y hastío.
Este libro lo firma S.D. Crockett. Es su primer libro así que está claro que no se le puede pedir demasiado. Pero es que esto es horrible. Crockett es una autora mediocre que posee un estilo de escritura simple, vago y ejecutado sin ningún acierto. Para ello se apoya en una prosa lenta, con un desarrollo nefasto y una trama deficiente, un lenguaje funcional con muy poco interés y unas descripciones excesivamente básicas y muy poco atractivas. Pero tampoco hago realmente responsable a la autora de esto último. Es muy difícil hacer buenas descripciones de paisajes nevados que se parecen en exceso. Y eso que todavía no he hablado de los personajes. Decir que son espantosos es quedarse muy corto. Para empezar el protagonista, Willo (¿?) no está en las mejores condiciones mentales. No es que tenga la culpa del todo. Se ha criado en un entorno difícil y opresivo, pero como personaje principal da bastante vergüenza ajena. En general, todos los caracteres de este libro están construidos bastante mal. Resultan superficiales, poco trabajados y sin el menor interés para el lector.
Lo he dicho antes pero la historia que nos narran en Después de la nieve contiene los elementos clásicos de cualquier distopia, a saber: catástrofe natural, muerte de la mayor parte de la población, represión del gobierno y resistencia. Pero trataré de explicarlo a partir de la sinopsis. En esta historia seguimos a Willo, un joven que viven en la montaña con su familia. Su vida es complicada, sobre todo en invierno, pero son felices viviendo a su aire. Sin embargo un día, la familia de Willo desaparece. El gobierno se la ha llevado. Como a todos los llamados “renegados” es decir, gente que no quiere vivir en las ciudades bajo el control directo del gobierno. Para salvar a su familia, Willo deberá dejar atrás su hogar e internarse en la ciudad, un sitio cruel y peligroso en el que descubrirá que su padre guarda secretos que los ponen en peligro a todos. Como podéis ver, el libro tiene la estructura y la trama típica de esta clase de historias. Pero carece de fuerza y atractivo, en parte porque no hay ninguna reivindicación o crítica detrás del argumento que la autora ha planteado. Su objetivo no es juzgar solo presentar. Algo perfecto en otro tipo de narraciones pero que aquí hunde toda la historia. Y eso que todavía no he hablado del final. El desenlace es penoso. Y no solo porque sea abrupto y, obviamente, abierto. Sino porque es decepcionante y tan estúpido que solo puedes sorprenderte por la cantidad de tiempo que has malgastado.
En definitiva, Después de la nieve es aburrido, insustancial y otra novela más dentro del sobresaturado mercado de los libros para el público joven. No tiene ninguna característica innovadora u original que la haga destacar o sobresalir. Y como tal, resulta aburrida por su intrascendencia y una trama que va dando bandazos sin terminar de elegir qué dirección va a tomar. Así que mi consejo es que no la leáis. Hay millones de lecturas del mismo estilo mucho más gratificantes que esta. Y es que no se dónde estaba “antes”, pero ahora este bodrio ha encontrado su auténtico sitio, sepultado bajo la “nieve”, a ser posible, a cientos de kilómetros de la superficie.
Hay libros y libros, sin duda. En mis años de lectura me he topado con libros de muchísimos tipos, algunos olvidables, otros memorables. Pero, hasta el día de la fecha, no recuerdo haberme topado con un libro que no sólo pintaba sus colores, sino que traía su propia banda sonora. Porque a cada página que leía me venía a la cabeza la música que acompañaba el silencio, la multitud, la nieve, la montaña, la ciudad.
En un principio, parece un mundo de nieve casi eterna, con veranos muy cortos y suaves e inviernos duros y brutales. Willo, un muchacho de una familia que vive en las montañas, que habla con Perro, un día escucha cómo se llevan a su familia. Y que no vuelven. Perro, una especie de espíritu-ente imaginario, le indica que se mueva, que sobreviva, que no se quede quieto. Willo lleva la piel de Perro encima, y su cráneo sobre su propia cabeza. Sabe cazar y tienen un refugio en las heladas montañas. Y termina alejándose de hogar que siempre conoció, hacia lo desconocido.
A partir de allí, la historia pasa de enfocarse sólo en Willo a mostrarnos la realidad que le rodea. No sólo la de la montaña y la nieve, sino del mundo en el que vive. Un mundo que parece ser Europa, luego que se diesen ciertos sucesos que se nos revelarán más tarde en el libro. Porque pasan cosas, muchas cosas, que nos hacen ver que Willo no estaba tan solo y aislado, que había un mundo allá afuera, y que ese mundo es muy relevante para lo que sucederá.
Es difícil hablar de detalles de la trama sin develar las sorpresas con las que nos encontramos durante la lectura: puedo decir que es una forma original de enfocarlo, al punto que me llevé varias sorpresas, aunque un par fueron esperables, el resto compensa con creces esos pequeños detalles.
La forma en que está escrito, en primera persona, te dice mucho de Willo, de cómo piensa y ve el mundo. Frases cortas, párrafos de pocas líneas, palabras directas. Es rara la página en la que no pinta, con pocas palabras, la situación en la que se encuentra, los opacos colores de ese mundo, muchas cosas que Willo no concluye pero que nota. Está escrito de forma rara, personal, casi como si no estuviésemos leyendo un libro, sino algo que le pasó a alguien. Y es eso lo que te da la pauta de cuán bueno es esta novela. Frases y párrafos memorables hay muchos, pero develaría parte de la trama, y uno de sus encantos es que no sabes del todo lo que pasa sino hasta el último capítulo.
Muy recomendable.